NeoFronteras

Sobre el declive del bacalao báltico

Área: Medio ambiente — lunes, 16 de diciembre de 2019

La hipoxia y el Cambio Climático estarían detrás del reciente declive del bacalao del mar Báltico.

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Se ha cerrado la última cumbre sobre el clima en lo que parece ser un fracaso. No importan todos artículos científicos que apuntan a un desastre generalizado en el clima, en la biodiversidad o en la viabilidad de este planeta Tierra, nuestra única casa posible en todo el Cosmos, para sostener la vida. Parece que vamos a seguir, de momento, por la misma senda.

De nuevo recurriremos a un detalle en todo este panorama y apelaremos al egoísmo de la gente para concienciar a los no concienciados.

El Cambio Climático y la hipoxia (niveles bajos o nulos de oxígeno) acabará con las poblaciones de bacalao del Báltico. Este pescado es un recurso económico para los países de la zona y su pérdida significará un golpe a las economías locales. Al final esto de no hacer nada para cuidar la Naturaleza no es más que quitar recursos a unos para que otros prosperen.

Este fenómeno no es algo futuro, sino que ya afecta a los bacalaos que se están pescando en la actualidad y están perdiendo calidad desde hace 20 años. Estos peces son cada vez más pequeños, delgaduchos y, por tanto, menos valiosos comercialmente.

«Los bacalaos por ellos mismos nos dicen, a través de su historial interno, que están afectados por la hipoxia, que sabemos que está controlada por el Cambio Climático y por la contaminación por fertilizantes. Nuestros más recientes hallazgos sugieren que los peces están en peores condiciones debido a la hipoxia», dice Karin Limburg (SUNY College, New York)

Limburg y sus colaboradores acaban de publicar un artículo en el que reflejan sus estudios sobre los efectos que estos fenómenos antropogénicos tienen sobre los bacalaos bálticos. Para deducir el historial de estos peces analizaron químicamente el contenido de los otolitos de estos peces, es decir, de los huesos de su aparato auditivo y de equilibrio. Estos otolitos están hechos de carbonato cálcico y crecen según el pez crece de un modo similar a los anillos de los troncos de los árboles, pero, a la vez, incorporan otros elementos.

«Esta es otra herramienta que nos ayuda a contar la historia. Proporciona una relación clara entre la hipoxia y el declive de la condiciones del bacalao del mar Báltico que hemos podido ver a lo largo de los último 20 años», dice Limburg. El nuevo estudio detalla la presencia de trazas de ciertos elementos en los otolitos que apuntan a la hipoxia como causa de este declive.

La vigilancia a largo plazo de este recurso pesquero muestra que la frecuencia con la que aparecen individuos pequeños y flacos ha estado aumentando desde los años noventa del año pasado. Teniendo en cuenta el peso y longitud de los peces se ha apreciado una reducción de tamaño en torno al 30 por ciento. Desde los noventa a 2018 el peso medio de un individuo de 40 cm ha caído desde los 900 gramos a 600 gramos.

La presencia de magnesio en los otolitos es un buen indicador de las condiciones de estos peces. A un mayor nivel de este metal mejores han sido las condiciones de vida del pez. Además se ha encontrado manganeso que indica las pobres condiciones en la que viven estos peces.

En aguas bien oxigenadas el manganeso existe en forma sólida y toma la forma de pequeñas partículas, pero cuando los niveles de oxígeno caen, el manganeso se disuelve mejor y puede ser asimilado por los peces. Los análisis por fluorescencia de rayos X y espectrómetría de masas de los otolitos indican una alta absorción de manganeso, lo que indica que los peces atraviesan aguas con bajos niveles de oxígeno.

«El magnesio refleja las condiciones del pez. Básicamente nos dice si el pez está bien o mal. El manganeso nos dice que por qué está mal y es porque pasa demasiado tiempo en aguas desoxigenadas». Dice Limburg.

El estudio indica que este fenómeno de hipoxia empezó a ser un factor importante a partir del año 2000 y que previamente las pobres condiciones de las poblaciones de bacalao del Báltico se deberían a otros factores como la sobrepesca.

Al final, si no hacenos nada para remediarlo, no tendremos ni bacalao que comer.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: Yvette Heimbrand, SLU

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3 Comentarios

  1. Daniel:

    «Al final esto de no hacer nada para cuidar la Naturaleza no es más que quitar recursos a unos para que otros prosperen» esto, que para algunos -incluso Uds.- puede parecer una verdad de perogrullo representa la clave de la inoperancia del sistema frente a uno de los problemas más serios que ha enfrentado la humanidad.

    De paso… los felicito por la calidad de los artículos que publican. ¡Adelante!

  2. tomás:

    Yo corregiría: … quitar recursos a muchos para que unos pocos prosperen… pero no por siempre. Y sí, el sistema es la causa. Pero detrás del sistema estamos la mayoría consumiendo mal y sin medida e ignorando las consecuencias.

  3. tomás:

    Es precisa una educación en este tema, aunque la cosa urja tanto que ya no sé si se llegará a tiempo. Confiemos en que, una vez interiorizada esa educación, la técnica y la imaginación inteligente puedan revertir la situación.
    Es fundamental que nos demos cuenta de que el Cambio Climático no lo es todo, que los mares están muy degradados, que la fauna está en insoportable disminución de individuos y de especies, que también lo está la flora y, con ellas toda la biodiversidad. Nada está a salvo en la biosfera; todo está en peligro inminente de colapso.
    La estupidez del conjunto humano es un hecho suicida, así que atraquémonos esta Noche Buena y las sobras, a la basura, que estamos en un mundo abundante. Y mañana, Navidad. A gozar y a no pensar en el que no pueda hacerlo. Nada de pensamientos negativos que es tiempo de alegría obligatoria.

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