La androstenona, un derivado de la hormona testosterona, es percibida como un olor agradable por unos o como un olor desagradable por otros. La razón es al parecer genética.
Gran parte de la antropología moderna se basa en el relativismo cultural, con los peligros que eso implica. Por otro lado hay quien dice que el relativismo es una justificación para casi todo. Creemos que percibimos la realidad de la misma manera que todos los demás, pero esto no es del todo cierto, incluso aunque no creamos en el relativismo cultural. Cierto relativismo puede tener bases genéticas.
Damos por sentado que un mal o buen olor será malo o bueno para cualquiera. Estamos seguros que la orina huele a orina y la vainilla a vainilla, sin embargo, por ejemplo, el olor de la adrostenona es percibido de un modo u otro dependiendo de los genes que porte el individuo que huele esa sustancia. (leer más…)