Experiencias religiosas encogen parte del cerebro
Un estudio relaciona las experiencias que cambian la vida, como la sensación de nacer de nuevo, con la atrofia del hipocampo.
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El artículo “Factores religiosos y atrofia del hipocampo en la madurez” de Amy Owen y sus colaboradores de la Universidad de Duke representa un importante avance en la comprensión de la relación entre cerebro y religión. El estudio, publicado en pasado 30 de marzo en PloS One, muestra una atrofia más grande en el hipocampo en individuos identificados con grupos religiosos específicos que en aquellos que no tienen afiliación religiosa. Es un resultado sorprendente, dados los estudios previos que mostraban que la religión tenía efectos beneficiosos potenciales sobre la función cerebral, sobre la ansiedad y la depresión.
Numerosos estudios han evaluado los efectos de las prácticas religiosas, como la meditación y el rezo, sobre el cerebro humano. Un número pequeño de estudios han analizado los efectos a largo plazo de la religión sobre el cerebro. Esos estudios, como el tratado aquí, se centraron sobre las diferencias entre el volumen cerebral o la función cerebral en aquellas personas fuertemente involucradas en la meditación o en prácticas espirituales comparadas con las que no lo están. En otros pocos estudios incluso se ha explorado los efectos longitudinales de hacer meditación u otras prácticas religiosas mediante la evaluación de sujetos en dos puntos temporales diferentes. (leer más…)