Fijación de nitrógeno sobre los árboles
Las bacterias que viven el los musgos de las ramas de los árboles viejos son el doble de efectivas a la hora de fijar nitrógeno que las bacterias del suelo.
En el mundo natural todo se recicla. Los elementos que componen la vida pasan de su forma orgánica a su forma mineral en ciclos que diversa duración. Algunos de esos ciclos, como el del fósforo, son muy lentos porque entran en juego las fuerzas tectónicas. Otros son más rápidos. Algunos átomos de nuestros cuerpos quizás formaron en el pasado parte de algún dinosaurio del Jurásico o de un trilobites del Cámbrico.
El hidrógeno, el oxígeno, el carbono y el nitrógeno, que son los principales elementos de los sistemas vivos (en menor abundancia el fósforo, el azufre y otros), son también los más abundantes en el Universo (sin contar el gas noble helio).
Algunos de esos elementos entran fácilmente en sus ciclos, otros no tanto. Es el caso del nitrógeno, que es esencial a la hora de formar las proteínas. Pese a que constituye la mayor parte de nuestra atmósfera, las plantas no lo pueden absorber directamente. Necesitan que esté en alguna forma mineral no gaseosa para asimilarlo, como en forma de nitratos, por ejemplo. (leer más…)