Un modelo de cooperación predice que los microbios explotadores y que cooperan pueden convivir en una guerra perpetua siempre y cuando haya espacio para crecer.
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Una sociedad funcionaría mucho mejor cuando todos los miembros que la componen cooperasen entre sí, pero esto no suele darse. Los aprovechados pueden encontrar un gran incentivo en explotar al resto que coopera. Si hay demasiados aprovechados entonces la sociedad, como tal, simplemente no funciona. ¿Cuántos corruptos, por ejemplo, puede tolerar una sociedad?
El ser humano viene con un sentido de la justicia “instalado de fábrica” en su cerebro para promover la cooperación, generalmente mediante la aplicación del castigo. A veces incluso la aplicación del castigo va en contra de los intereses racionales del individuo que lo aplica, como demuestra el juego del ultimátum. Normalmente, para evitar la proliferación de aprovechados, los que cooperan se organizan para crear un sistema de justicia, unas leyes y un sistema penal. Si todo eso falla ya sólo queda la revolución o incluso el asesinato de los explotadores. Así lo demuestra la Historia. (leer más…)