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Mirada de amor o lujuria

Área: Psicología — domingo, 20 de julio de 2014

Se puede distinguir entre si se mira con amor o con deseo sexual a alguien del sexo opuesto.

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Mucho se ha investigado sobre los rituales de apareamiento entre los animales, pero poco se ha hecho al respecto en humanos. Sin embargo, desde hace unos años, se ha empezado a estudiar este asunto desde el punto de vista científico. Algunos aspectos de la conducta humana relativos al sexo o al amor tienen una fácil explicación biológica, aunque no lo queramos ver. Ciertos resultados al respecto ya fueron publicados en esta web.
El último resultado sobre este tema realizado en la Universidad de Chicago viene a decir que la manera en la que se mira a una persona del otro sexo determina si se hace con lujuria o con amor. De este modo el amor y/o el deseo estarían en la mirada.
Al parecer, el patrón de mirada es distinto en cada caso y se puede distinguir con facilidad. El patrón de mirada que tiene alguien que mira a un extraño que pueda ser una posible pareja romántica tiende a concentrase en el rostro. Sin embargo, cuando la vista se centra el cuerpo de ella o de él se delata un deseo sexual. Estos patrones se revelan en un tiempo muy corto, pues puede bastar medio segundo.
Según Stephanie Cacioppo, aunque se conoce muy poco acerca de la ciencia del amor a primera vista o cómo la gente se enamora, estos patrones que se han encontrado proporcionan las primeras pistas acerca de cómo son los procesos automáticos, tales como la mirada, que pueden diferenciar sentimientos como el amor del deseo sexual hacia lextraños.
En estudios previos esta investigadora ya había mostrado que el amor y el deseo activan diferentes redes neuronales del cerebro humano.
En este nuevo estudio se realizaron dos tipos de experimentos para poner a prueba los patrones de mirada en dos estados emocionales y cognitivos diferentes, estados que normalmente son difíciles de distinguir entre sí: amor romántico y deseo sexual.
A unos estudiantes voluntarios, tanto varones como mujeres, se les solicitó que vieran una serie de fotografías en blanco y negro de personas que no conocían. En la primera fase los participantes veían fotos de parejas jóvenes heterosexuales que se miraban entre sí. En la segunda fase los voluntarios veían fotos de individuos atractivos del sexo opuesto que miraban directamente a la cámara. Ninguna foto era de desnudo o erótica.
En ambos casos a los participantes se les situaba frente a una pantalla de ordenador y se les pedía que decidieran de manera precisa y los más rápidamente posible si la persona de la foto despertaba deseos sexuales o románticos en ellos.
El estudio no encontró diferencia en el tiempo necesario para juzgar si una posible pareja despertaba deseos románticos o sexuales, lo que indica lo rápido que el cerebro puede procesar ambas emociones.
Sin embargo, los datos sobre el movimiento de los ojos revelaron una marcada diferencia entre ambos casos. Los voluntarios tendían a fijar la mirada sobre el rostro de la foto si la persona fotografiada les inspiraba amor romántico. Pero si les inspiraba deseo sexual entonces la mirada del observador se movía de la cara al resto del cuerpo. Estos patrones se daban tanto en mujeres como en hombres.
Según los autores del estudio, con este trabajo se ha contribuido al desarrollo de biomarcadores que diferencian los sentimientos de amor romántico del deseo sexual gracias a la identificación de los patrones en la mirada. Además, sugieren que este paradigma de seguimiento de la mirada puede ofrecer algún día un nuevo sistema de diagnóstico en psiquiatría y en terapia de pareja.

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Fuentes y referencias:
Artículo original.
Foto: English106, vía Flickr.

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6 Comentarios

  1. tomás:

    Amigo Pocosé:
    Este puede ser el artículo a que me refiero en mi com. 8 al artículo «Arrepentimiento en ratas». No sé si lo has leído. Te preguntaba qué querías decir con «autoconciencia no biológica».
    Un cordial saludo

  2. tomás:

    Por si algún aficionado al cine recuerda y me lo puede decir: Hay una película, creo que muda, de un director sueco o noruego, de una fotografía en blanco y negro extraordinaria en la que una mujer resucita y, al hacerlo, mira a su marido con una mezcla de amor y deseo que resulta asombrosa.
    Es una pena que no se repongan obras de arte como esta. Las nubes y los cielos del norte son, en la película que deseo recordar, algo de un contraste inigualable. El caso es que la tenía señalada en una enciclopedia Salvat de veintitantos tomos que regalé junto con otros libros a una biblioteca y ahora la echo en falta por cosas como esa.
    Si, con los datos que doy, alguien la reconoce, agradecería lo comentase.
    Gracias anticipadas.

  3. tomás:

    ¡Ya está! Con eso que recordaba ha bastado. Me he puesto a buscar y no es muda, como creía. Se trata de Ordet (La palabra) de Dreyer. Mis recuerdos se limitaban al final y además, eran inexactos, pero a grandes rasgos sí, se trataba de ese deseo de la esposa tras su resurrección. ¡Recuerdo recuperado! ¡Qué bonito!

  4. Pocosé:

    Amigo Tomás:
    Ando muy limitado de tiempo. No, no te leí tu 8 aquel. Y aunque este tema va de sentimientos e instintos muy humanos. Lo que entiendo por autoconciencia no biologica es la noción que de su propia existencia pudiera llegar adquirir un software lo suficientemente complejo, inteligente y evolucionable, ya fuera por accidente, imprudencia o propia evolución.
    Volviendo al actual articulo, sería muy interesante relacionar este estudio con otro que apunta a que los hombres generalmente las prefieren con proporciones idóneas para bienparir y amamantar, en cambio ellas los prefieren cooperativos y empáticos casi todo el tiempo y bien fornidos en sus breves días de fertilidad.
    Amor, enamoramiento, deseo, lujuria, egoísmo, instinto, fisiología, genes, memes, … … …
    Y al final lo que decía mi abuela:
    «La … no tiene enmienda»
    En esta ocasión solo un fuerte apretón de manos.

  5. NeoFronteras:

    Obviamente hay muchos factores en este asunto. Ahí van unas referencias:

    http://neofronteras.com/?p=300
    http://neofronteras.com/?p=789
    http://neofronteras.com/?p=930
    http://neofronteras.com/?p=1022
    http://neofronteras.com/?p=1115
    http://neofronteras.com/?p=1292
    http://neofronteras.com/?p=1321
    http://neofronteras.com/?p=1654
    http://neofronteras.com/?p=3189
    http://neofronteras.com/?p=3506

  6. tomás:

    Amigo Pocosé:
    Mil gracias por tu despedida. Quiero decir que no me aplicas el refrancillo de tu abuela. ¡Menos mal!
    Es broma, claro.
    ¿Será posible, algún día, lo que comentas?
    Un fuerte abrazo.

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