Éxito de AlphaFold
AlphaFold arrasa en el certamen CASP14 prediciendo estructuras de proteínas.
La vida está basada, entre otras cosas, en proteínas. Las proteínas no solamente dotan de estructura a los organismos terrestres, sino que actúan como biocatalizadores que ayudan en la síntesis de otros compuestos biológicos.
Así, la información genética no es más que una secuencia de bases que determina una secuencia de aminoácidos y una cadena de aminoácidos no es más una proteína.
Saber la secuencia genética ya es sencillo, por tanto es fácil saber la secuencia de aminoácidos que tiene una proteína. Pero eso no significa que sepamos cómo funciona una proteína, su función. De algún modo, ese hilo de aminoácidos se pliega sobre sí mismo hasta alcanzar un forma específica tridimensional que depende de muchas cosas, incluso de las propiedades del medio en el que se encuentra y esta estructura es la que determina la función de la proteína. Saber esta forma también determina en última instancia la eficacia de un fármaco o de una vacuna y muchos conocimientos en ciencia básica.
Como hemos dicho, la función de una proteína depende fuertemente de su forma, de su estructura tridimensional. Y saber esta estructura es muy difícil. Se puede intentar cristalizando la proteína en cuestión y analizando el resultado por cristalografía de rayos X, pero cristalizar proteínas e interpretar los datos de la cristalografía de rayos X no son cosas fáciles. También se puede estudiar con criomicroscopía electrónica o por resonancia magnética nuclear y esto tampoco es sencillo.
Desde hace 50 años el «sueño húmedo» de los científicos que se dedican a este tema es tener la secuencia de aminoácidos, meterla como input en un programa y que una computadora te dé la forma tridimensional de la proteína. La mayoría de los programas que tratan de hacer esto no tienen mucho éxito.
Para fomentar la competitividad en este campo hay una convocatoria bienal desde 1994 (Critical Assessment of protein Structure Prediction o CASP) en la que distintos programas tratan de averiguar a ciegas la estructura de proteínas de las que ya se sabe su forma previamente. En este certamen se dan puntuaciones a los distintos programas en función de su éxito a la hora de predecir esas estructuras.
En la anterior edición de 2018 (CASP13) ganó AlphaFold (de Google), que obtuvo con una puntuación de 120,4, por encima de los 107,6 y 99,4 puntos del segundo y tercer puesto respectivamente.
CASP tiene lugar durante varios meses, pues las proteínas objetivo, de un total de 100, son publicadas al cabo de un plazo para que los distintos equipos tengan varias semanas para trabajar en ellas y puedan enviar la predicción.
AlphaFold no trata de predecir las relaciones de los aminoácidos entre sí, sino que predice la estructura 3D final de la proteína con esa secuencia de aminoácidos. Se basa en una red neuronal de aprendizaje profundo. Además, el sistema usa información adicional acerca de las limitaciones físicas y geométricas que determinan el plegamiento de las proteínas.
En los últimos años, a estas redes neuronales se las llama injustamente «inteligencia artificial», pues esta denominación depende mucho de la tecnología que se use en cada época para emular algunas de las capacidades de un comportamiento inteligente.
Una red neuronal es alimentada en la fase de entrenamientos con ejemplos de lo que es o no es algo y esta va aprendiendo en qué consiste hasta que llega a predecir cómo será ese algo, sea en el campo del reconocimiento de formas, el diagnóstico, jugar al go o el plegamiento de proteínas.
Lo curioso de estos sistemas es que funcionan como una caja negra, pues no se sabe cómo llegan al resultado que llegan.
Las redes neuronales son de distintos tipos y pueden adolecer de diferentes problemas, como el del sobreentrenamiento. Tampoco son tan infalibles como se las ha vendido. Recientemente se hizo famoso un caso de una cámara de TV controlada por una «inteligencia artificial» basada en red neuronal entrenada para seguir el balón en partidos de fútbol. Un día se encontró con un hombre calvo entre el público y confundió su cabeza con el balón, quedándose la cámara fija en él.
Desde 2018 muchos competidores de CASP ha terminado usando alguna versión de red neuronal, pero sin mucho éxito. Este año, en la CASP14, AlphaFold 2 ha vuelto a ganar con una puntuación de 244, muy por encima de los 90,8 y 89 puntos para el segundo y tercer puestos.
No se tiene un acierto del 100%, pero sí muy cerca de un 90% y casi dentro del error experimental. Para casi dos tercios de las proteínas propuestas las predicciones de AlphaFold son indistinguibles de las estructuras de proteínas basadas en observaciones con cristalografía o criomicroscopía electrónica.
Las predicciones de AlphaFold fueron peores en el caso de que la estructura fuera determinada por espectroscopía de resonancia magnética nuclear. No se sabe la razón de esto, pero podría deberse a que los datos reales en crudo no se vuelcan bien al modelado de la proteína.
AlphaFold 2 ha sido entrenada con todas las estructuras de proteínas publicadas en el Banco de Datos de Proteínas, que consta de unas 170 000 estructuras de proteínas, y otras bases de datos de secuencias de proteínas.
Emplea dos redes neuronales conectadas entre sí que están realimentadas y el resultado combinado corresponde a la predicción para la estructura de la proteína en cuestión. Además, proporciona la confianza estadística de dicha predicción. Este sistema corre en un hardware consistente en 16 TPU (unidad de procesamiento tensorial) de 8 núcleos cada una y una memoria de 128 GiB.
Hay que reconocer que AlphaFold es ahora el mejor sistema de predicción de estructuras de proteínas. «Es un punto de inflexión», ha dicho Andrei Lupas (biólogo evolutivo del Max Planck). Para este investigador AlphaFold ha sido de gran ayuda. Así, le ha permitido saber la estructura de una proteína sobre la que llevaban diez años intrigado. «Esto cambiará la Medicina. Cambiará la investigación. Cambiará la bioingeniería. Lo cambiará todo», añade.
Mohammed AlQuraishi (Columbia University) cree que este sistema será muy disruptivo en el campo de predicción de estructura de proteínas. «Es un logro de primer orden, ciertamente uno de los resultados científicos más significativos de mi vida», añade.
«Este es un problema para el cual había empezado a pensar que no se resolvería en mi vida», dice Janet Thornton (European Molecular Biology Laboratory-European Bioinformatics Institute in Hinxton, UK).
Demis Hassabis, cofundador de DeepMind, la compañía que ha creado AlphaFold, dice que la empresa planea hacer que este sistema sea útil para los científicos de tal modo que lo puedan emplear fácilmente. Según él, AlphaFold sólo necesita unos días para predecir la estructura de una proteína. «Estamos empezando a comprender lo que los biólogos quieren», añade.
AlphaFold predice la estructura de proteínas, el estadio final, pero no ha resuelto el problema del plegamiento de proteínas tal y como lo entienden los científicos del área. Esto último implicaría que el programa proporcionara los estadios que sigue la proteína desde que sale del ribosoma y cómo se va plegando sobre sí misma paso a paso, pero esto es algo que nadie ha conseguido aún.
Pero hay que reconocer sus éxitos. A comienzos de este año esta compañía publicó la estructura de diversas proteínas del virus SARS-CoV-2 que todavía no habían sido averiguadas experimentalmente. La predicción para la proteína Orf3a terminó siendo muy similar al que se dedujo experimentalmente más tarde.
De este modo, AlphaFold podría ser de utilidad para diseñar fármacos y tratamientos. Además sería una fuente increíble de conocimiento a partir de la información genómica ya secuenciada. Puede que ilumine la función de miles de proteínas del genoma humano que están aún sin resolver y que podrían estar implicadas en ciertas enfermedades. El tiempo lo dirá.
Copyleft: atribuir con enlace a https://neofronteras.com
Fuentes y referencias:
Noticica en Nature.
Noticia en Science
Nota de prensa.
Imagen de la recreación de proteína: DeepMind
32 Comentarios
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miércoles 9 diciembre, 2020 @ 7:15 pm
Mi comentario es para exponer una duda que siempre me surge cuando se habla e IA y las redes neuronales. Aunque estas redes tengan ese nombre por la semejanza con las que , en su campo, forman las neuronas, desconozco cómo son físicamente estas redes aplicadas en los ordenadores: si son algoritmos interconectados y con múltiples caminos, como redes en árbol de decisiones, o llegan a ser redes que pueden ser parcialmente modificadas físicamente durante el proceso de cálculo de modo automático en función de los resultados obtenidos. Hace tiempo que se hacen programas que modifican los inputs en función de los resultados posibles que se van obteniendo , de modo que, aleatoriamente en apariencia, van seleccionando los datos iniciales hasta conseguir aproximarse al resultado exacto. ¿ Podrían considerarse esos proceso como algo parecido a la IA actual?
sábado 12 diciembre, 2020 @ 11:30 am
Me parece muy apropiada la cuestión que planteas, pero creo que debieras concretar por separado lo que preguntas, porque es algo muy complejo. A mí me agradaría meterme en ese berenjenal y que pensemos sobre ello. Hasta los dos puntos, estoy de acuerdo, pero ¿como seguimos? Es que mis capacidades han disminuido mucho, así que ¿cual es el siguiente paso?
Otro abrazo.
domingo 13 diciembre, 2020 @ 12:01 pm
Como veo que no sigues en el tema, tal como te proponía, para animarte aporto que nos metamos en la definición de inteligencia de una forma un tanto vaga, pero holística. Propongo, habiéndome informado por la Internet: Conjunto de habilidades para adaptarse a un entorno cambiante, razonando, planificando, aprendiendo de los errores, resolviendo situaciones inesperadas y nuevas. Cuanto mayor sea la rapidez en ese sentido, mayor será la inteligencia de un ser. Fíjate que muchos animales podrían aspirar a un determinado grado de inteligencia: los lobos, osos, leones -parece que resultan más favorecidos los predadores, pero delfines, elefantes, loros, cuervos, pulpos, etc. sabemos que poseen un considerable número de las características que he apuntado.
Un abrazo y espero que continuemos porque es un tema para todo un libro. Puedes corregir mi definición.
Un abrazo.
domingo 13 diciembre, 2020 @ 12:32 pm
Amigo Tomás.
Creo que en la definición que has colocado de “inteligencia” falta una parte, (para mí quizás la más importante), seria. La capacidad de imaginar, predecir, e intentar concretizar un objetivo futuro.
Abrazos.
lunes 14 diciembre, 2020 @ 10:10 am
No vamos a discutir por eso, aunque me parece que todo lo que dices viene incluido en «planificando». Si quieres se podría especificar tras esa palabra. La RAE en su primer punto parece referirse a una ejecución que requiera realizar o dibujar un plano, pero en la segunda acepción, más general, dice: «Hacer plan o proyecto de una acción». Es evidente que, para planificar, es preciso imaginar lo que se pretende, también suponer los posibles resultados, y de entre ellos, elegir -concretar- el idóneo. Todas estas funciones se alojan en el lóbulo frontal que en el ser humano -o la humana, para estar a la moda- está muy desarrollado.
Si te parece bien agrega tú mismo esto, o, si quieres ya lo haré yo. De todas formas, la inteligencia es algo tan complejo, que seguro que algo nos dejaremos. Pero ambos sabemos a qué nos referimos y creo importante definirlo un tanto para distinguirlo de la IA.
Un abrazo.
lunes 14 diciembre, 2020 @ 1:34 pm
Gracias por la aclaración Tomas.
Creo que estamos de acuerdo, aunque no se si tu le das tanta importancia como yo, a la cualidad de imaginar el futuro.
Personalmente siento que mi mente consciente está siempre en el futuro, empujada por la realidad percibida en el presente de mi entorno, conjugada con los recuerdos vividos. O sea, aunque mi cuerpo está en el presente, (recibiendo, percibiendo información), mi mente está en el futuro.
Claro que, una importante parte del comportamiento es automático (instintivo o rutinario). De lo contrario no daríamos abasto a planearlo y ejecutarlo todo.
Se puede argumentar que cuando evocamos los recuerdos del pasado, la mente no está en el futuro. Aun en estos momentos, creo que existe algún nivel de análisis para extraer de ellos consecuencias, sean agradables o no, y también para aprender, contribuyendo a formar o modificar nuestra personalidad. Que es por tanto dinámica.
Tal vez, (no lo sé), esta capacidad de imaginar el futuro, sea lo que nos diferencia de la IA en su estado actual. Aunque esta, con su enorme banco de memoria, capacidad de análisis, de c0mparacion y rapidez en este proceso, sea capaz de encontrar la mejor solución a un problema determinado y exclusivo, en algunos casos, solución esta inaccesible a nuestra capacidad humana.
Espero que alguien que nos lea, tenga mas conocimientos sobre la IA, para aclarar estas diferencias.
Abrazos
lunes 14 diciembre, 2020 @ 3:24 pm
Acabo de leer esta materia, encuentro que es interesante y relacionada con el tema que estamos tratando.
https://www.inovacaotecnologica.com.br/noticias/noticia.php?artigo=criado-novo-tipo-neuronio-artificial-processadores-neuromorficos&id=010110201214#.X9dlC9hKjDc
martes 15 diciembre, 2020 @ 8:31 am
«… tanta importancia… imaginar el futuro». ¿Como no? Pienso que yo y cualquiera que quiera autoanalizarse. Acaba uno/a de levantarse por la mañana y ya está, medio automáticamente, o sea como algo a lo que podríamos llamar «piloto automático» -y no valga, como suele decirse, sino perdón por las autoredundancias- pensando, al menos, en las cosas más inmediatas, como qué vamos a desayunar, o algo más o menos importante que vamos ha de hacer ese día… En resumen, que sí, que le doy suma importancia a imaginar el futuro. Y también tenemos puesto ese «piloto» para los proyectos a largo plazo: deseo tener tal profesión, me gustaría tener por pareja a esa muchacha (mira voy a abandonar referirme a los dos sexos y escribiré como de costumbre, sin la moda, así que si digo un masculino, el femenino va implícito, como toda la vida), quisiera tener dos hijos, etc. O sea que sí. Y prefiero no meterme en la cuestión del tiempo, que vamos a aceptar como pasado, presente y futuro porque si nos ponemos a cuestionarlo todo no progresaremos.
He leído la primera de tus recomendaciones y me parece interesantísima. Casi puede decirse que la he estudiado, pues me he detenido en cada concepto desconocido. El problema es mi falta de cultura, especialmente en ese tema. Pero nunca es tarde para aprender.
Ya seguiré con los otros dos que propones porque hoy no tengo más tiempo, al menos a esta hora. Ya ves, el concretamente imaginado futuro (planificación) me tiraniza.
Un fuerte abrazo.
miércoles 16 diciembre, 2020 @ 10:19 am
Veo, mi sofisticado y progresista amigo Eduardo que, por las prisas, pensé que eran tres los artículos recomendados. Hoy, aunque también estoy lleno de tareas -casi inimaginable situación en un jubilado casi ochentón- he pinchado la segunda línea y me he dado cuenta de que todo se refiere a una sola edición. De todas maneras, me parece tan interesante que he continuado estudiando la cosa. No me extraña que la hayas escogido. Lo que pasa es que resulta tan esperanzadora que pienso, debo seguir hasta comprender lo mejor posible antes de continuar. Allá voy.
Hasta pronto.
miércoles 16 diciembre, 2020 @ 10:55 am
Eduardo: Estoy verdaderamente asombrado. Me parece que lo que estoy descubriendo es magnífico y no comprendo por qué en España no se dedica muchísimo más presupuesto a esta ciencia-tecnología básica. Tenemos políticos ciegos. Eso es lo que pasa. Espero estar pronto algo preparado para comentar sobre lo que te preocupa.
Un abrazo.
miércoles 16 diciembre, 2020 @ 11:40 am
Buenos días Tomas y a todos.
Como te veo tan interesado en ciencia-tecnología básica, te recomiendo visitar la siguiente página.
https://www.inovacaotecnologica.com.br/index.php
Todos los días publican nuevas noticias. Yo entro diariamente y tengo muchas archivadas, si tienes interés te puedo mandar las que quieras.
Un fuerte abrazo.
jueves 17 diciembre, 2020 @ 11:37 am
Sí, gracias, Eduardo. Me gustó mucho y ya veré. De momento me sobra con Neofronteras, donde trato con vosotros y eso me encanta. Pero algún vistazo sí le echarè de cuando en cuando. Me interesó muchísimo el tema que propusiste sobre la IA, especialmente esas neuronas y sinapsis que utilizan magnetismo. Veo que es ciencia al la última. Pero nos hemos parado en lo que concierne a la propuesta de tu primer comentario.
Mil gracias.
sábado 19 diciembre, 2020 @ 2:58 pm
Buenos días Tomás.
A que te refieres concretamente, con lo que dices en tu 12, sobre la IA. Lo copio.
“Pero nos hemos parado en lo que concierne a la propuesta de tu primer comentario”
Haber nos animamos a continuar con el debate.
Abrazos.
sábado 19 diciembre, 2020 @ 8:40 pm
Es que me parece que no tengo tantas perspectivas como tú. Me parecería magnífico si pudieran implantarse en humanos algunas neuronas tipo magnéticas que saltasen alguna zona problemática o dañada, por ejemplo por un ictus, es decir, puentear la zona afectada.
Sin embargo lo que tu planteas va mucho más allá y me gustaría que tomases la iniciativa, pues te considero mucho más preparado que yo.
Recibe un fuerte abrazo.
sábado 19 diciembre, 2020 @ 11:27 pm
Tomás, mi preparo es mínimo casi nulo. Mi curiosidad por todo lo nuevo en la frontera de la Ciencia-Tecnología es muy grande. Tengo alguna esperanza en que los avances de esta Ciencia-Tecnología ayuden a salir a la humanidad del inminente peligro de autodestrucción. Lo que pienso y digo es fruto de pura intuición, por tanto, tómatelo con mucha reserva.
Me parece que, ya se están haciendo algunas intervenciones en el cerebro de animales e incluso en algún humano, para modificar estructuras fisiológicas con el fin de reparar problemas, o inducir conductas especificas planeadas. Ya sea por medio de drogas, Ingeniería Genética, o con algún tipo de implante invasivo o no. Creo que nuestro amigo Miguel Àngel nos puede ayudar en esto.
El avance en este campo es muy promisor, puede ser espectacular, al punto de, no solo reparar defectos, sino ampliar-modificar, las capacidades que poseemos, o dotarnos de otras nuevas.
Pero en mi entender, todo esto no tiene nada que ver (o muy poco) con el estado actual de la IA.
En cuanto a la diferencia (que pienso existe) entre la IA actual y la Humana. Me parece que, la IA no ha llegado al punto de AUTONOMIA PROPIA, que le permita escoger objetivos. Los objetivos actuales, como, por ejemplo, ganar al ajedrez, descubrir una específica, entre las innúmeras formas de estructura y plegado de proteínas, o acertar en un diagnóstico, deben ser propuestos de antemano de forma externa. Todo esto no tiene nada de nuevo.
Pienso que para llegar a ese punto de AUTONOMIA propia, (me parece que llaman SINGULARIDAD) la IA actual tendría que poseer:
-Una memoria Universal, tan amplia como se pueda técnicamente. Por memoria Universal me refiero a contener, todos los procesos de evolución, que los humanos observamos en la naturaleza.
-Capacidad de análisis y reconocimiento de patrones en cada uno de estos procesos evolutivos.
-Capacidad de analizar la interacción entre todos los diferentes procesos. Por ejemplo, además de ser capaz de distinguir el patrón de un árbol o una casa, ser capaz de relacionar el proceso de floración del árbol con la evolución del tiempo atmosférica (estaciones anuales), esta última, consecuencia de un análisis previo sobre el movimiento de la Tierra…. Y por ahí continua….
-Capacidad de corregir, mejorar y acrecentar memorias, conteniendo estos nuevos padrones de fenómenos interrelacionados. Esto seguramente exigiría un nivel nuevo de memoria, (algo como resúmenes).
Hasta aquí, aunque no fácil, creo que con tiempo se puede conseguir.
-Lo más importante seria dotar a este sistema, de imaginación y auto reconocimiento, para intuir el futuro de cualquier proceso de la Naturaleza. Puede que estas dos cualidades surjan espontáneas (emergentes) del sistema, (aprendiendo por la repetición de experiencias) y por comparar su propia evolución con el resto de los procesos en la Naturaleza (naturales o artificiales)
-Por último, capacidad creativa para imaginar procesos no observados, apuntando los medios para su concretización.
Debe haber muchas mas capacidades, como instinto de conservación, sin contar sentimientos, placer, dolor, empatía…..
Entiendo que para conseguir algo parecido con este sistema habría que ir poco a poco mediante mucho estudio y experimentación. Por el camino, ya irían obteniéndose algunos resultados prácticos aprovechables e importantes.
Bueno, es lo que pienso, todo esto lo digo por no callar y para levantar polémica. Seguramente es pura fantasía
Abrazos
domingo 20 diciembre, 2020 @ 4:15 am
Parece que parte de la comunidad científica que investiga y desarrolla la Inteligencia Artificial mantiene reservas y prevenciones sobre posibles impactos, incluso devastadores, de la IA sobre la humanidad.
El MIRI, Machine Intelligence Research Institute (https://intelligence.org), institución de investigación sin ánimo de lucro con sede en Berkeley, California reúne a científicos que investigan cómo construir una IA amigable antes de que alguien más cree una superinteligencia cuyas motivaciones no puedan ser limitadas.
James D. Miller, un profesor de economía en Smith College, autor de “Singularity Rising”, un libro sobre cómo los aumentos en la inteligencia humana y artificial influirán en el futuro, y vinculado al MIRI es autor de un artículo reciente titulado “The Apocalyptic Threat from Artificial Intelligence Isn’t Science Fiction”: https://quillette.com/2020/12/03/the-apocalyptic-threat-from-artificial-intelligence-isnt-science-fiction/
Plantea que si el desarrollo de la IA sigue avanzando, inevitablemente y debido a la automatización que automatizará y acelerará el desarrollo de la IA, esta se podrá convertir en una especie de “superinteligencia”.
Dice Miller que “…..no tenemos ninguna esperanza razonable de que el mero hecho de la superinteligencia haga que una IA desarrolle un concepto de moralidad que valore el bienestar humano. La mayoría de los humanos, sin duda, se preocupan poco por la mayoría de las criaturas de menor inteligencia. ¿Cuántas personas sacrificarían algo para ayudar a una rata? Y es probable que los humanos estén mucho más cerca de las ratas en términos de inteligencia y biología que una IA superinteligente para nosotros.”
domingo 20 diciembre, 2020 @ 1:45 pm
Querido amigo Eduardo: Prácticamente me describes un inteligencia humana, aunque, seguramente, mucho más potente. Es muy posible, pero déjame que responda a nuestro amigo «bpico».
Querido amigo: Gracias por enviarme-enviarnos a esa página. Es muy posible que unos seres autónomos nos viesen como inferiores y nos destruyesen, pero creo que podemos evitar eso utilizando la tres leyes de la robótica de Isaac Asimov. Y, desde luego no soltando la sartén del mango: me refiero a que la energía necesaria, podrán utilizarla ellos, los robots de IA, pero su llave no podrá salir de nuestras manos.
Abrazos para ambos.
domingo 20 diciembre, 2020 @ 3:11 pm
Gracias Bpico por la información.
Si la IA llega al nivel que imaginan, personalmente pienso que no puede ser maligna, al punto de perjudicarnos, todo lo contrario, creo que es mas posible que nos ayude a mejorar.
Por mi experiencia con humanos, llego a la conclusión, de que, existe una correlación positiva, entre inteligencia y bondad. Digo correlación por que hay algunos casos fuera de la tendencia principal.
Tomás, en cuanto a las leyes de Asimov, no me inspiran confianza total. Piensa que, si esta posible IA fuese maligna, podría dotarse de la capacidad de engañarnos (algo como hipnotizarnos) de alguna forma, para que la sirviésemos (hasta con placer). También conseguir la energía y materias primas que necesite por otros medios que desconocemos.
Por otro lado, creo que tendría objetivos mas interesantes en conseguir, que el de maltratarnos o eliminarnos.
Abrazos.
domingo 20 diciembre, 2020 @ 9:03 pm
Eso que dices al principio, Eduardo, debieron pensar los ancestros de chimpancés y de los casi-homos. Inteligencia implica bondad y nos querrán; no nos harán daño. Y ya ves, casi no quedan.
En lo que sigue de tu comentario, me parece imposible. Quizá puedan mejorarse las leyes de Asimov, pero ese señor era muy, pero que muy inteligente. Creo que no debemos temer a la IA ni a los robots dotados de ella. Basta con esas leyes.
Por cierto y, aunque no venga exactamente al caso, he escuchado que el tal Trump quería sacar al ejército o algo así en las elecciones. Creo que ese elemento sabía mucho de los fraudes electorales y no me extrañaría que él los hubiera empleado en su victoria contra Hillary. Lo que me acongoja es que tenga partidarios, como le sucede a Maduro y a Bolsonaro. A alguien importante escuché hace unos días, pero no recuerdo en qué contexto, que la maldad pura existe. Me pareció terrible; quizá por ello mi mente olvida los detalles.
Mejor no seguir con esto último.
Un abrazo.
lunes 21 diciembre, 2020 @ 12:16 am
Tomas, para construir una IA como la que estamos hablando, personalmente pienso que, hay que partir de un nivel de inteligencia muy superior al que tenían nuestros casi-homos. Tal vez estos no respetaran sus ancestros chimpancés, no por maldad sino por necesidad (instinto de sobrevivencia).
Aun sigo pensando que, el aumento constante de inteligencia desde os homos hasta los niveles actuales, ha caminado emparejado con el aumento de sensibilidad y bondad. Claro que esa es una opinión muy personal,e intuitiva.
Confío bastante en esta suposición, al punto de no temer, que la IA sea hostil para los humanos.
No desprecio la inteligencia ni preparo de Asimov. No obstante, creo que no va a ser con leyes que se puede controlar totalmente el posible comportamiento agresivo de la IA.
No faltan leyes para controlar el comportamiento Humano, y ya ves cuanto son ignoradas y des respetadas inclusive en la actualidad.
Abrazos.
lunes 21 diciembre, 2020 @ 12:18 pm
A ver, amigo Eduardo: No sé si el salto entre la IA y la humana será tan grande como la que hay -dejemos a los primates- entre humanos y peces, con los que también estamos acabando. La cuestión es que quizá los robots no precisen alimentarse de nosotros, ni seamos rivales que hayamos de enfrentarnos por algo.
La cuestión esta en que, por ejemplo un coche, lo fabrico con unas ciertas leyes: solo podrá arrancar si yo le doy a la llave, solo podrá ir por donde mis manos, vía volante de dirección, le permitan ir. A esas leyes me refiero que, en cierto modo están implícitas en las que nos gobiernan. Es decir, que el hombre es el responsable de lo que su máquina, sea cual sea, haga. Eso no tiene que ver con que haya individuos delincuentes. Los seguirá habiendo siempre, porque, como digo en mi anterior comentario, parece que la maldad pura existe. Yo nunca quise creer en ello, pero es muy posible que, en mentes enfermas -digo yo- quepa hacer el mal: asesinar, violar niños y ambas cosas y otras peores: lo hemos visto y lo seguimos viendo en las dos grandes guerras mundiales, en todas las que les han seguido de genocidios por la mínima diferencia racial, religiosa, ideológica y cualquier excusa por absurda que nos parezca, pero determinante en una mente criminal. Y, pera mí, las IA serán máquinas de los hombres, con tremendas capacidades, como lo son las grúas capaces de levantar cientos o miles de toneladas cuando un humano las pasa moradas con cincuenta kg o un avión que alcanza dos o tres mach, o un coche con 300 km/h cuando el más velos de las animales, el guepardo, e eficaz con unos 100 km/h. O sea, tratémoslos como máquinas y se acabó el problema.
Un abrazo.
lunes 21 diciembre, 2020 @ 2:33 pm
Amigo Tomas.
Por lo que dices, veo que estamos hablando de IAs diferentes.
La que tu tratas, está en un nivel pre “SINGULARIDAD”. Esta no sería autónoma, carece de capacidad y libertad de elegir objetivos. Por tanto, aunque sea muy potente está subordinada a los programadores humanos. En esta, sí que, para protegernos sería convenientes establecer las leyes de Asimov u otras en ese sentido. Pero ojo, serian para los programadores, ya que esa IA, ni se entera de lo que es el programador, mucho menos de leyes.
La IA pos “SINGULARIDAD”. De que yo hablo, sería como un super humano. En otro comentario anterior ya he descrito alguna de sus cualidades.
Pienso que debido a la inmensa capacidad que se precisaría, posiblemente se desarrolle no como un único artefacto, tanto en el sentido local como temporal.
Imagino como contenida en una red, donde cada uno de sus nódulos tenga una especialidad determinada, Por ejemplo: una IA para diagnósticos médicos, otra para economía, otra para sociología, tiempo atmosférico, medio ambiente…ciencia básica… tecnología…ect.
Estos nódulos estarían interconectados y comandados por una capa superior que recopilaría las informaciones parciales y obtendría las soluciones más adecuadas, como resumen del análisis de todas las conclusiones de cada nudo.
Claro que esta se mejoraría progresivamente en un proceso de constante evolución.
Abrazos
lunes 21 diciembre, 2020 @ 8:31 pm
No es, amigo tomás, que no esté, sino que estoy sin estar, que no se bien en qué consiste, pero creo que es cosa del virus y del aislamiento, que impide estar del todo. Hasta mi médico me dijo ayer que tenía la cabeza llena de grillos… así está el mundo. Ahora en serio. creo que el mejor intento de una IA práctica , y lleva años en ello, es la que ensayan cada día las compañías dedicadas a la Bolsa en tiempo real, miles de computadoras, en su inicio, dedicadas a analizar los gráficos y sucesos bolsísticos para comprar, vender y cambiar al momento , y en centésimas de segundo. Algún experto que conozco creo que se dedica a analizar gráficos y aplicar leyes que solo ellos conocen, de modo que, a gran escala, la IA estaría ahora mismo dominando las bolsas y los grandes movimientos de capital ( con permiso del virus, claro). Este, junto con la política y la medicina serían sus campos de máximo rendimiento, supongo. Y tan secretos que no se si alguien sabe realmente qué hay detrás de sus , llamémosles, ordenadores.
La IA para mí tiene tres fases: 1.- Identificación del tema, asunto o problema. 2.- Fijación de objetivos y tolerancias ( márgenes de erros admisibles) y 3.- Desarrollo de estrategias de aproximación al éxito, mediante una serie de algoritmos, modulables, flexibles e intercambiables en función de los resultados parciales que se van logrando. En realidad, esta idea coincide a grandes rasgos con las propuestas de la teoría de Bayes en la búsqueda de probabilidades máximas, partiendo de datos iniciales modificables durante el proceso de cálculo. En cuanto al núcleo de la cuestión, opino que la IA siempre será un reflejo de la mente que la crea, lo crea o no, e incluso aunque no la entienda del todo. Veremos qué ocurre cuando se empiecen a usar ordenadores cuánticos, aunque sospecho que en ese caso será la MC o la QM, tanto monta, la que llevará la voz cantante y el humano, absolutamente sobrepasado, solo podrá actuar de espectador y aplaudir al final, haciendo como que entiende lo que pasa.
martes 22 diciembre, 2020 @ 10:38 am
Tienes razón, Eduardo. Pensamos en cosas diferentes. Por lo que me dices esa SINGULARIDAD integraría un montón de funciones, pero ¿cuantas? Cual podría ser su capacidad de ampliación. Creo posible un número incluso amplio de ellas, pero el que esa SINGULARIDAD sea capaz de decidir su futuro integrado -algo así como un superhumano que se haga a sí mismo- no me parece posible; ni siquiera deseable. El que podamos crear neuronas artificiales con capacidades de conexión y con mucha mayor rapidez de transmisión que las humanas, no las hace independientes de nosotros. No me parece posible que sean algo más que máquinas; muy sofosticadas, sí, pero máquinas al fin.
Un fuerte abrazo y sigue enseñándome lo que puedas -mi cabezota es dura- sobre la ingeniería neuromórfica que, realmente es algo muy interesante.
Un fuerte abrazo.
martes 22 diciembre, 2020 @ 10:59 am
Querido amigo «petrus»: al principio de tu comentario superas a Shakespeare y Schrödinger juntos. De todas formas, no te preocupes por los grillos; quizá a los que pensamos de forma independiente nos ha sucedido que se nos han metido por las orejas o la nariz -como orificios de acceso más propicios- y habremos de vivir con ellos.
La actividad bursátil es la que más me repele porque oculta muy eficazmente sus beneficios y, a mi entender, debería pagar muy altas tasas de impuestos por ellos.
Posiblemente tengas razón en que la IA «siempre será un reflejo de la mente que la crea», pero Eduardo tiene una opinión muy autónoma que no creo posible. Ya veremos. a ver que piensan otros compañeros.
Un abrazo.
martes 22 diciembre, 2020 @ 3:39 pm
Tomas, referente a lo que dices de que la IA sea capaz de decidir su futuro, algo como un super humano que se hace a sí mismo, no tengo ni idea del mecanismo a emplear. Tampoco tengo certeza de que se llegue a ese punto. Aunque me inclino a pensar que llegará.
Una posibilidad es que las cualidades para este salto, aparezcan espontáneamente en ella, cuando el nivel de conocimiento y complejidad, ultrapase un cierto umbral crítico.
Tal vez fue ese el proceso que nos separo de nuestros ancestrales pre-homo.
No obstante, entiendo que, por lo menos los humanos, estamos constantemente mejorando nuestras cualidades inteligentes. En parte por la presión del medio ambiente cambiante, tanto el natural como el inducido por nosotros mismos. Otra parte por el acumulo de conocimiento y técnicas adquiridas históricamente.
Con esto quiero decir que, este último detalle, está a punto de nos ofrecer la posibilidad de un salto brusco importante, que potencialice nuestras cualidades intelectuales, con la posibilidad de integración directa de nuestro cerebro con dispositivos computacionales.
De cierta manera, esto ya está sucediendo con el uso masivo de estas tecnologías. Personalmente entiendo que muchos de los logros (descubrimientos científicos, y avances) que se están consiguiendo han sido posibles por causa de estar asistidos (potencializados) por estas tecnologías. O sea, sin darnos cuenta ya somos un poco ciborgs. Nos estamos separando de los puramente humanos, como los humanos ya lo hicieron de sus prehumanos.
Abrazos aun humanos.
jueves 24 diciembre, 2020 @ 9:21 am
Es muy posible, Eduardo, que tengas razón, que seamos un tanto ciborgs, aunque con la parte de cualidades superiores externa a nuestra biología. Por poner un ejemplo elemental, muchos ya no saben ni multiplicar -y no te digo hallar una raíz cuadrada-; les basta una calculadora que todos tenemos a mano. Quizá comencemos por integrar en nuestro cerebro algunos cientos de neuronas artificiales que nos añadan alguna capacidad deseada pero ausente. Personalmente me gustaría ser capaz de componer música, o ser mejor en mates pero, lejos de progresar en ello, bastante hago con mantenerme perdiendo más poco a poco gracias al esfuerzo por que mi mente no envejezca a la misma velocidad que el resto de mi cuerpo. En parte me ayudáis vosotros, mis queridos compañeros. Así que continuemos en ello, que algo tocará a cada uno y que vendrá de otro.
Un fuerte abrazo.
domingo 27 diciembre, 2020 @ 4:19 pm
Hace tiempo tengo la duda sobre una diferencia entre el proceso de nuestras ordenadores e IA y nuestro cerebro.
Veo que mientras un ordenador está cómodo en reposo. Es decir se programa para hacer lo que se ordena y luego descansar.
Nuestro cerebro odia el reposo (traten de poner la Mente en blanco) tiene «programas» muy profundos que lo forzá a continuamente hacer algo. Estamos hablando de las necesidades básicas (que comer? Dónde dormir? Dónde hacer popo? Etc) y los dos grandes motivadores del ser humano, busca pareja y el aburrimiento (tanto de no hacer nada como de hacer lo mismo)
Así que mi duda es ¿se podrá crear una IA sin la capacidad de aburrirse en esas dos formas?
Y ¿que tan fácil será controlar una IA aburrida que quiere hacer algo distinto?
lunes 28 diciembre, 2020 @ 9:35 pm
Incluso cuando dormimos la mente no descansa; sueña. Y, a veces resulta difícil distinguir lo soñado con la realidad. Ello trajo muchos quebraderos de cabeza a nuestros antiguos ancestros, e incluso ahora se dan casos, especialmente en niños.
Yo no sé si se podrán crear las que dices, pero podemos ponerles nombre y luego ya veremos: AAn y AAm; o sea el primero para aburrimiento artificial por no hacer nada -de ahí la «n»- y la «m» del otro cae por su propio peso, y no por la fuerza de la gravedad como dicen algunos.
Un abrazo.
viernes 1 enero, 2021 @ 2:08 pm
Buenos días y Año Nuevo para todos.
Me tomo la libertad, de aprovechar la benevolencia de Neo, para direccionarlos hacia el siguiente enlace, ya que me ha parecido que puede interesar a bastantes lectores de esta página.
https://elpais.com/ciencia/2020-12-31/un-hallazgo-espanol-entre-los-principales-avances-de-la-fisica.html
Perdón si estoy abusando.
Abrazos
viernes 1 enero, 2021 @ 2:15 pm
Esta noticia detallada en el mismo enlace.
https://elpais.com/ciencia/2020-05-07/la-pelicula-jamas-tomada-de-una-secuencia-cuantica-en-una-millonesima-de-segundo.html?rel=mas
lunes 4 enero, 2021 @ 11:11 am
Muchas gracias, Eduardo, por tu información, aunque, para comprenderla algo, necesitaré que me prestes, alguna neurona de las tres que dices tener en uno de los comentarios del artículo anterior. Una millonésima de segundo, para mi antigua formación es casi impensable. No te digo el Tiempo de Planck…
Abrazos.