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Álamos. Foto: Tom Campbell. |
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Millones de automóviles funcionan cada día a base de combustibles fósiles. No es fácil reemplazar el petróleo. Se ha propuesto el uso de biocombustibles que, en teoría, tienen menos impacto ecológico.
Un biocombustible puede ser el biodiésel obtenido de aceites vegetales. Un problema es que en su fabricación se genera mucha glicerina y no se sabe qué hacer con ella. Se ha propuesto incluso la utilización de este subproducto como complemento alimenticio para animales. Otro problema sería las grandes extensiones necesarias para generar el suficiente combustible. El efecto ecológico negativo ya se deja notar por las grandes extensiones de plantaciones de palma de aceite en Asia.
Otra fuente de biocombustible pueden ser los azúcares que contienen los vegetales como el maíz. Bajo fermentación estos azucares pueden ser transformados en alcohol etílico (o etanol) que puede añadirse a la gasolina o ser utilizado directamente. Pero no toda la planta está hecha de azúcar con lo que se aprovecha poca energía de la obtenida de la fotosíntesis, que ya de por sí es tan baja como un 1% de la energía de la luz del sol recibida. (leer más…)