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La discriminación por similitud fomenta la cooperación

Área: Biología,Cooperación — miércoles, 25 de abril de 2012

El efecto de discriminar a los demás por la semejanza a uno fomenta la cooperación entre organismos simples.

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La presencia de la cooperación y el altruismo es difícil de explicar en la Naturaleza. En el mundo natural hay diversas especies de animales sociales. Así por ejemplo tenemos a las hormigas y las abejas, que cooperan dentro de sus colonias. En este tipo de colonias hay individuos que no se reproducen pero que con su acción ayudan a las demás. Esto era difícil de explicar bajo a la luz de teoría darwiniana, pero al final se descubrió que lo importante en estos casos es que los individuos comparten gran parte de sus genes con los individuos a los que cuidan y que su altruismo propagaba sus propios genes. Bajo la perspectiva del gen egoísta este alto grado de cooperación quedaba explicado. Pero no todo son insectos sociales.
En las sociedades humanas normalmente hay un gran recelo hacia los matrimonios mixtos de distintas razas o simplemente a matrimonios con extranjeros. Por un lado es bueno evitar la endogamia, pero por otro lado la similitud genética puede que favorezca la cooperación entre los individuos. Al fin y al cabo, podemos arriesgar más fácilmente la vida por un hijo que por un extraño y los individuos de una misma familia se ayudan entre sí, aunque sean miembros lejanos a los que casi no se ve.

¿Se pueden modelar este tipo de cosas con un programa de ordenador? Un grupo de investigadores de la Universidad de Leicester crearon un modelo computacional que establece un efecto de discriminación por similitud en una población de microorganismos y descubrieron que los individuos están programados para trabajar juntos y cooperar con los que se parezcan a ellos. De este modo, en una mundo darwiniano, se puede ser más competitivo si hay cooperación y que este rasgo sea seleccionado.
Los hijos se parecen a sus padres porque comparten genes, e incluso los familiares se parecen entre sí. Por tanto, un parecido fenotípico denota un parecido genotípico, así que una manera de que tus genes se propaguen sería cooperar con los que se parecen a uno. Pero, ¿y si se parecen y no son familia? Vamos a ver que en el caso de tratarse de seres muy simples este efecto también se mantiene.
Lo interesante de este estudio es que sostiene que la tendencia a que los individuos similares cooperen con los que sean parecidos a ellos puede evolucionar espontáneamente, aunque no estén emparentados directamente. Según los autores del estudio, esto explicaría en parte por qué la cooperación está tan extendida en la Naturaleza.
Según Professor Andrew Colman, la cooperación supone un gran problema para la Biología Evolutiva desde Darwin porque, a pesar de que la cooperación y el altruismo abundan en la Naturaleza, la selección se basa en la idea de la supervivencia del más adaptado. Según su estudio se ha encontrado un nuevo mecanismo por “discriminación por similitud” que ayuda a resolver el rompecabezas. Este investigador y sus colaboradores parece que pueden explicar por qué los organismos simples tienden a discriminar a favor de otros que se parezcan a ellos.
En su modelo, este tipo de discriminación evoluciona rápida y poderosamente bajo varios tipos de encuentros sociales. Evoluciona espontáneamente en poblaciones de organismos que están programados al comienzo para que se comporten ligeramente de modo egoísta o altruista al azar, pero que pueden reconocer a otros que son genéticamente similares a ellos.
Este tipo de discriminación es más poderosa que el “efecto barba verde” propuesto en 1964 por Bill Hamilton (aunque el término “efecto barba verde” fue acuñado por Richard Dawkins en 1976) y que ha sido descubierto recientemente en varias especies de microorganismos e insectos. Este efecto descansa en que los individuos muestran un rasgo fijo y cooperan selectivamente con otros que muestren el mismo rasgo. Por el contrario, este efecto de discriminación por similitud no depende de ningún rasgo fijo, los individuos cooperan selectivamente con otros que son similares genéticamente a ellos, independientemente del rasgo que muestren.

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Esquema de cómo opera el mecanismo. Fuente:.

Según el modelo de estos investigadores el “efecto barba verde” puede controlar la evolución de la cooperación, pero sólo con dificultad y bajo condiciones restringidas, incluyendo poblaciones “viscosas” de organismos que tienden a permanecer en un lugar y a cruzarse con parientes próximos. El efecto de discriminación por similitud evoluciona mucho más fácil y rápidamente, incluso en poblaciones de mezcladas.
“Hemos descubierto un nuevo mecanismo que ayuda a explicar por qué la cooperación es tan común en la Naturaleza, incluso entre no parientes. Es tentador pensar que se aplica a formas de discriminación humana como el favoritismo dentro de un grupo, el racismo, sexismo y la xenofobia, pero probablemente no es así. El efecto de discriminación por similitud descansa sobre una conexión genética fuerte entre genes que codifican el comportamiento y rasgos que otros usan para juzgar similitudes genéticas. La mayoría de los rasgos humanos están codificados por múltiples genes y los genes padre son barajados antes de pasarlos a los hijos, así que el vínculo genético no se puede mantener por mucho tiempo. Creo que el efecto es más bien como lo observado en organismos simples con genes más simples”, dice Colman.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.

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10 Comentarios

  1. tomás:

    Estimado Neo:
    Lamento no comprender el artículo. Quizá ando con la cabeza espesa estos días. Primero el título ya resulta un poco confuso, porque utiliza «discriminar» con el significado de «distinguir», de «seleccionar». Pero en el hablar común, discriminar suele ser peyorativo en el sentido de rechazar a quien se discrimina.
    Así, sería más claro el resumen si dijera: El efecto de distinguir -o de preferir- a los demás por semeja a uno fomenta la cooperación entre organismos simples.
    Luego describe correctamente el «efecto barba verde» y lo diferencia del efecto «discriminación por similitud» que «no depende de ningún rasgo fijo», «los individuos cooperan selectivamente con otros que son similares genéticamente… independientemente del rasgo que muestren».
    Por lo que se explica más tarde, la diferencia debe estar en que esa «barba verde» o fenotipo muy reconocible, en esta teoría queda difuminada entre el comportamiento y otros fenotipos menos aparentes y más variables, pero que, a mi entender han de ser de alguna forma reconocidos.
    He esperado para ver si alguien comentaba, pero no sé si es por este puente o por que el artículo, como a mí, les resultaba difícil, el caso es que en no hay aún comentarios. Sin embargo sobre estos temas solemos dialogar bastante.
    En fin, un cordial saludo.

  2. NeoFronteras:

    Estimado Tomas:
    Según la primera acepción que da el DRAE para discriminación es: «seleccionar excluyendo», así que sería correcta.
    En cuanto a la idea que hay detrás es sencilla. Para seres simples puede surgir el comportamiento altruista por simple parecido entre individuos (entre otros mecanismos), ya que el parecido denota que se comparten genes. No hace falta un rasgo dominante, como en el modelo de barba verde (y también correcto), sino un parecido general.

  3. tomás:

    Sí, estimado Neo, en efecto eso dice el DRAE y no es preciso que te recuerde la 2ª acepción que es la más utilizada. Pero la RAE suele ir por detrás del hablar común, de manera que cuando alguien en su empresa, p. ej., dice sentirse discriminado, no suele ser porque lo quieran mucho o por que lo hayan ascendido. Ni cuando un discapacitado se expresa así es porque lo prefieran para un buen puesto de trabajo. De hecho, ha habido que inventar el engendro de «discriminación positiva» para darle un significado de preferencia.
    De todas formas eso no es lo importante. Lo importante es el muy sencillo resumen que me haces en tu 2 y que parece confirmar la interpretación que entendí, no sin alguna dificultad. Pero como digo, esos -y no sé si estos- días, mi mente andaba -y quizá anda- un tanto espesa. Así que te agradezco muchísimo la respuesta.
    Pero es más -como siempre, me resisto a acabar- la nueva concepción de la razón del comportamiento altruista que expones en el artículo, tiene una gran importancia, porque explica alguna cosa -la cooperación- que resultaba difícil de digerir para la competencia darwiniana. Es bueno que haya razones de peso, que se basen en la naturaleza profunda del ser, para el altruismo. Ahora sólo falta darnos cuenta de que hay muchos más rasgos comunes entre los hombres de los que algunos quisieran. Me refiero a aquellos que esgrimen el «hecho diferencial». Pero eso daría para otro tema que poco tiene que ver con nuestra gran afición común en esta web que es la ciencia.
    Un fraternal abrazo y todo mi agradecimiento.

  4. lluís:

    Tienes razón tomás, eso del «hecho diferencial» daría para otro tema, y daría para mucho.De hecho ya ha dado para decenas y decenas de libros.Pero aquí lo que más cuenta es nuestra común afición por la ciencia.Y este es el «cemento» que nos une a todos los que andamos por esta magnífica web.
    En cuanto al artículo en sí, la verdad es que yo también esperé que aquí se podría dar un chorro de comentarios, dado que en otras ocasiones en las que se ha abordado la incómoda cuestión «altruísmo versus egoismo competitivo darwiniano» así fue.Acaso sea que ya nos cueste más argumentar sobre ello porque ya lo hemos hecho en varias ocasiones.

    Como bromita final decir que se puede pensar, a la vista de lo expuesto en este estudio, que la cooperación es cosa de seres simples.En los complejos, por tanto, y siguiendo con la broma, la cosa tiene sus matices.

  5. tomás:

    Querido amigo «lluís»:
    Escribes con sutil sutileza, que no es redundancia sino sutil al cuadrado; y me refiero a tu última frase.
    Quisiera que la cooperación no fuera cosa sólo de simples, sino de todos, porque va a ser necesaria o dejaremos de ser en el peor de los caos -no olvidé la s- y, en el mejor, seremos muy desgraciados. Debiera decir lo serán seguramente nuestros hijos y, sin remedio alguno nuestros nietos.
    Por tanto, por mero egoísmo de especie, deberíamos ser cooperativos. Lo malo es que parece contranatura que una de las necesidades de supervivencia haya de ser disminuir la población. Y el gran problema es que con el sistema económico-político en el que estamos inmersos el desarrollo y la globalización precisan cuantos más parias mejor en favor de capitales capaces de empobrecer países enteros.
    Me cuesta entenderlo.
    Un abrazo.

  6. Miguel Angel:

    Pues tiene razón lluís en que el altruísmo entre seres complejos tiene sus matices.
    Hace unos dias os comentaba mi malestar debido a una compañera de trabajo que no ha perdido ocasión para aprovechar mi adhesión a las relaciones de cooperación para sacarme todo tipo de favores, hasta que al final se me han hinchado las narices y he tenido que dar por finalizada la relación, por suerte me cambian de lugar de trabajo y la pierdo de vista.

    Daniel Batson habla de un 15% de verdaderos altruístas en la sociedad occidental en su «Empathy and altruism». Del mismo autor es el experimento de «Suzanne y las descargas eléctricas» que os sirve para distinguir verdaderos de falsos altruístas y que os relato a continuación.

  7. Miguel Angel:

    «Five studies testing two new egoistic alternatives to the empathy-altruism hypothesis» (D.Batson and cols):
    El estudio se hizo con 80 estudiantes. A cada uno se le introduce en una cabina donde pueden leer una nota donde se les explica que pueden ayudar a alguien sin ninguna consecuencia molesta para él. A través de unos auriculares se oye la voz de una mujer (Suzanne) que le cuenta que ella tiene que realizar un test. Cada vez que Suzanne se equivoque en el test, ella recibirá una descarga eléctrica.
    Cada estudiante va a realizar el mismo test que Suzanne pero sin recibir descargas. Y cada vez que acierte el estudiante, anulará una de las descargas que recibirá Suzanne si se equivoca.
    Se les pide a los estudiantes que vloren en una escala del 1 al 7 el grado de empatía que han sentido al escuchar la voz de Suzanne. Después se comenta a la mitad de los estudiantes que Suzanne no va a recibir en realidad descarga ninguna. Pero todos los estudiantes tienen que realizar el test y una vez terminado se les pregunta por su grado dee satisfacción uy estado de ánimo.

    Los resultado mostraroin que los verdaderso altruístas habína manifestado ya al principio una mayor empatía por Suzanne en la escala del 1 al 7 y además su satisfacción seguía siendo igual de elevada al enterarse de que Suzanne no había recibido ninguna descarga: es decir su satisfacción se debía a que Suzanne no había recibido descargas, y no a la idea de que erran ellos los que habían evitado las descargas con sus aciertos.

    Los verdaderos altruístas hacían mejor el test cuando ensaban que la suerte de Suzane dependía de ellos: justo al contrarion ocvuría con los falsos altruístas, que ya mostraban poca empatía inicial en la escala del 1 al 7. Estos falsos altruístas estaban mas preocupados por sus resultados personales en el test que en evitarle descargas a Suzanne.

    Gracias a Neo por los enlaces sobre colaboración

  8. Miguel Angel:

    Muy estimado Neo:

    No se que ha pasado con mi comentario número 7: había entrado en un principio y ahora vuelvo a esta noticia y veo que ha desaparecido. Mi mensaje tenía algunos errores por escribir rápido, aún así, le rogaría lo recuperase si es posible.

    Saludos y abrazos

  9. NeoFronteras:

    Estimado Miguel Ángel:
    El sistema no lo ha borrado ni aparece en el spam. Tampoco se ha borrado manualmente. Aparece un comentario 7, pero no sé si se refiere a ese.

  10. Miguel Angel:

    Si, veo que ha vuelto a salir, no hay problema. Muchas gracias por su interés, Neo

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