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Nueva estrategia en el dilema del prisionero

Área: Cooperación,Matemáticas — lunes, 27 de agosto de 2012

Descubren una nueva estrategia ganadora egoísta en el juego del dilema del prisionero iterado, pero ésta no es evolutivamente estable.

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Fuente: Wikimedia Commons.

El dilema del prisionero se descubrió durante la guerra fría en RAND, un think tank creado en un principio por las fuerzas armadas norteamericanas y que todavía existe.
El dilema del prisionero se estudió a la luz de la teoría de juegos, una disciplina desarrollada por Von Neumann y mejorada por John F. Nash (sí, el de la película “Una mente maravillosa”). La teoría de juegos trata de proponer las mejores estrategias de cara a ciertas situaciones o conflictos y trata de explica los sistemas organizativos en la cooperación.
Así por ejemplo, con la teoría de juegos se puede explicar por qué el personaje de James Deen hace bien en desertar en el juego de “Gallina” y no estrellarse junto con el auto que conducía, aunque en la vida real muriera en un accidente de tráfico. También explica por qué nos colamos en el metro, seguimos en un matrimonio fracasado y por qué es mejor seguir en el puesto de caza de venados en lugar de disparar al primer conejo que aparece. Incluso algunos han aplicado la teoría de juegos con cierto éxito para ganar al póquer Texas holdem.
El dilema del prisionero fue descubierto por Merrill Flood y Melvin Dresher en 1950 mientras que trabajaban en RAND. Trata de dos ladrones a los que captura la policía por cometer un delito, pero sobre los que no tienen pruebas concluyentes a no ser que alguno confiese. Se les interroga por separado y se les ofrece un trato. Si uno de ellos culpa al compañero saldrá libre y el otro irá un año a la cárcel siempre y cuando éste no le delate. Si ambos se callan (cada uno coopera, en el lenguaje de la teoría de juegos) ambos van un mes a la cárcel, pero si ambos hablan (cada uno deserta, en el lenguaje de la teoría de juegos) van tres meses a prisión. Es un juego que no es de suma cero. El problema es que los compinches no se pueden comunicarse entre sí y el “juego” es a una sola mano o jugada.
El dilema del prisionero no tiene solución racional. Es decir, no hay una estrategia tomada de modo racional que su adopción no conlleve al arrepentimiento a posteriori por haber tomado esa decisión al final del juego. Lo más racional parece que es desertar, pero en ese caso ambos van a la cárcel por más tiempo que si hubieran cooperado. Pero si uno coopera se arriesga a que el otro no lo haga.
El dilema del prisionero se usó como modelo de la guerra nuclear, un “juego” que también se jugaría a una sola mano y que tampoco era de suma cero. Era para sentirse aterrorizado ante la posibilidad de que una decisión “racional” llevara a la guerra nuclear total entre superpotencias. Aunque Neumann estaba deseando que tal cosa ocurriera con tal de borrar a la Unión Soviética del mapa. Neumann murió agónicamente de un cáncer en los huesos después de haber desarrollado la computación moderna, la reformulación de la Mecánica Cuántica y muchas otras cuestiones científicas como la teoría de juegos. A Nash se le empezó a manifestar su esquizofrenia y quedó fuera del mundo científico durante una larga temporada. Tiempo más tarde fue recuperado gracias a los fármacos (aunque esas drogas siempre matan esa chispa de inteligencia extra de los que pacientes) y recibió el premio Nóbel. Pese a sus 84 años sigue trabajando y proporcionando contribuciones, la última un trabajo sobre teoría de juegos en 2011.
El dilema del prisionero tiene solución si se juega interactivamente, de este modo se puede forzar la cooperación de la otra parte. Hay programas de ordenador que así lo demuestran. No son demostraciones matemáticas al uso, sino pruebas de computación experimental que estadísticamente demuestran que una determinada estrategia funciona mejor que otras la mayoría de las ocasiones.
Hay que tener en cuenta que en estos juegos iterados no se tiene en cuenta en ningún momento la psicología de los individuos, una ética o una moral. Los que juegan son agentes computacionales que se juegan puntos fríamente. Podemos dejar de llamar a estos jugadores “compinches” para denominarles “oponentes” o “contrincante”.
Hasta ahora la mejor estrategia que se había encontrado era la “toma y daca”, que consiste en repetir la jugada anterior del contrincante. Así, si la vez anterior el oponente desertó entonces le respondemos desertando y si cooperó entonces cooperamos. Durante décadas se han hecho simulaciones que parecían indicar que esta solución simétrica era la mejor. Lo que nos dice este resultado es que el egoísmo termina pagando un precio y que, por tanto, la cooperación puede surgir evolutivamente al reprimirse los comportamientos egoístas en una población.
Pero realmente no existe una mejor estrategia universal para jugar al dilema del prisionero iterado. La estrategia ganadora depende del oponente.
Hace unos meses Freeman Dyson y William Press, de las universidades de Princeton y Texas respectivamente, anunciaron el descubrimiento de una nueva estrategia para el dilema del prisionero iterado que garantiza a uno de los jugadores mayores ganancias que el otro, lo que supuso una gran sorpresa. Esto podría tener una gran impacto en otras disciplinas como en Economía o en Biología Evolutiva. Básicamente el resultado dice que hay comportamientos egoístas que pueden resultar ser estrategias ganadoras sobre la cooperación.
La nueva solución se encuadra en lo que se llama estrategias de determinante cero, porque se fuerza a que el valor de un determinante sea nulo (un determinante es una función matemática que asigna un valor numérico a una matriz cuadrada). La estrategia “toma y daca” sería un caso particular de estrategia de determinante cero, pero hay muchas más dependiendo del tiempo que el contrincante “pasa en la cárcel”.
En esta clase de estrategia se puede forzar al oponente a aceptar un reparto desigual o que no lo acepte con un alto coste para los dos. El truco reside en que el oponente no se tiene que dar cuenta de que está siendo manipulado, porque en ese caso la situación degenera en la que se da en el juego del ultimátum, que tanto hemos visto por aquí. Si el oponente se da cuenta entonces ambos van mucho tiempo a la cárcel (o pierden el equivalente en puntos).
Este trabajo ha tenido un gran impacto en el mundo académico, aunque no es del todo nuevo. En 1997 Karl Sigmund (Universidad de Vienna), Martin Nowak (Universidad de Harvard) y Maarten Boerlijst (Universidad de Amsterdam) descubrieron estrategias similares, pero no se dieron cuenta de las implicaciones que tenían.
Ahora, Christoph Adami y Arend Hintze de la Universidad del Estado de Michigan State han publicado un artículo en donde exploran las implicaciones de estas estrategias de determinante cero. En concreto, han estudiado si este tipo de estrategia es evolutivamente estable. Es decir, si una población completa juega con esta estrategia, ¿podrá una estrategia diferente aparecer y propagarse? Al parecer, según sus resultados, las estrategias de determinante cero no son evolutivamente estables. Esto se debería a que dos jugadores jugando entre sí este mismo tipo de estrategia permite la aparición de estrategias que terminan ganando
Además, si se permiten mutaciones que permitan una evolución, una estrategia de determinante cero se transforma fácilmente en una estrategia que no es de determinante cero, por lo que también son inestables en este aspecto al no sobrevivir la estrategia de ese tipo en el transcurso de las generaciones.
Sin embargo, hay un caso en el que este tipo de estrategias sí es estable. Si el jugador sabe si el oponente juega el mismo tipo de estrategia o no puede medrar a base de explotar a algunos de ellos. Si sabe que el otro no esta jugando una estrategia de determinante cero puede usar estrategia de determinante cero para ganar y si sabe que el oponente juega esa misma estrategia entonces usar una estrategia que sea más defensiva. Naturalmente, esto sólo proporciona una ventaja temporal hasta que los oponentes se den cuenta. Por tanto, si quieren impedir ser explotados por este tipo de jugadores, entonces deben desarrollar algún tipo de camuflaje que impida que sean identificados y explotados.
Este último resultado explicaría por qué no se han encontrado aún este tipo de estrategias en la Naturaleza, pero eso no significa necesariamente que no existan.
Por si acaso, en la sociedad real, usted siempre podrá aplicar el “toma y daca”, al menos así se asegurará de no ser explotado, aunque no tenga ventaja sobre los demás.

Copyleft: atribuir con enlace a http://neofronteras.com/?p=3897

Fuentes y referencias:
Artículo original de Dyson.
Artículo en ArXiv de Adami.

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Salvo que se exprese lo contrario esta obra está bajo una licencia Creative Commons.
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21 Comentarios

  1. Miguel Angel:

    Como dice el subtítulo de la noticia esta estrategia no es estable evolutivamente, a diferencia de la cooperación total que puede perdurar en el tiempo indefinidamente y conlleva el mayor beneficio para toda la población. Ya lo vimos en esta noticia:

    http://www.neofronteras.com/?p=3854

    Basta mirar el gráfico para darse cuenta. Puede incluso bastar con fijarse en un hormiguero para ver como la suma de hormigas indiviales convierte el conjunto en un superorganismo capaz de capturar presas que ninguna hormiga podría cazar individualmente

    Abrazos cooperativos

  2. tomás:

    Me ha gustado mucho tu comentario, querido amigo Miguel Angel. Quería estudiar en profundidad el artículo, pero tu me has dado un ejemplo con las hormigas. Todas se entregan al conjunto. Mi admirado E. Osborne W. sabe mucho de eso.
    Un fuerte abrazo.

  3. NeoFronteras:

    Nuestros cerebros de sabana africana no parecen muy bien diseñados para la creación de sociedades justas. Somos egoístas por naturaleza, pero nuestra especie siempre ha necesitado de la cooperación. Nuestras mentes confunden además la cooperación económica con el pensamiento único.

    Por un lado tenemos las comunidades cooperativas a ultranza, que permiten una mejor redistribución de la riqueza. Pero en ellas se ahoga cualquier disidencia de cualquier tipo (no sólo las económicas), se fomenta una religión, se presiona o elimina al diferente, se elimina el pensamiento, la imaginación o las nuevas ideas. Tampoco parece que tengan incentivos para mover la economía.
    Este tipo de sociedades se pueden dar en pequeñas comunidades y se dieron en el bloque soviético. Es discutible que una vida de hormiga valga la pena de ser vivida.

    Por otro lado, tenemos las sociedades en donde se fomenta la libertad y el individualismo. Las personas son más libres y se fomenta la disidencia intelectual, la creatividad, las nuevas ideas. Se puede ser lo que uno quiera. Además hay incentivos que mueven la economía.
    Sin embargo, en este tipo de sociedades se produce un vacío de poder en el ámbito económico que tiende a ser llenado con aprovechados que explotan a sus semejantes, que destruyen el medio ambiente, la sociedad, los valores humanos… Además, estos individuos e instituciones (corporaciones y grandes compañías) se autoperpetúan en el poder, eliminan los mecanismos democráticos e incluso manipulan el libre mercado hasta que sólo ellos se pueden aprovechar de lo que queda de él.

    Da la impresión de que habría que fomentar más la libertad individual y la creatividad, pero recortar el poder económico de los más fuertes y poderosos, dejando un incentivo a los individuos.

  4. tomás:

    En efecto, a primera vista no parece que una vida de hormiga merezca la pena ser vivida: ni siquiera la de la reina.
    Totalmente de acuerdo con el último párrafo de tu 3.
    Un fuerte abrazo.

  5. Miguel Angel:

    La estrategia de “toma y daca” que también se puede traducir “ojo por ojo” (“Tit for tat” en inglés) resultó ganadora en una especie de concurso que organizó Robert Axelrod en el que interactuaban diferentes programas con diferentes estrategias para el “dilema del prisionero”: en cada vuelta un programa interaccionaba 200 veces con los demás, cuanto mejor se comportase un programa, más copias suyas habría en la siguiente vuelta (de este modo se hacía una especie de simulación con lo que ocurriría en la evolución biológica).
    Al final había muchas copias del programa ganador “Tit for tat” compitiendo con otras copias de “Tit for tat” y pudo verse un resultado sorprendente que cito a continuación…

  6. Miguel Angel:

    Cito el libro “Nadie pierde. La teoría de juegos y la lógica del destino humano” de Robert Wright, apéndice 1:

    “… cada vez había más Ojo por Ojo interaccionando con otros “Ojo po Ojo”. Estas interacciones, de manera invariable, cuajaban en relaciones estables de cooperación. Cuantas más veces se jugaba al juego, más orden y concierto había en la sociedad de jugadores de Axelrod.
    Un detalle sorprendente es que esta evolución de la cooperación se producía sin que se permitiera a los jugadores comunicarse entre sí, aunque la comunicación, en la situación modélica de suma no nula se considera una condición inexcusable para esperar con confianza un resultado positivo…
    Al demostrar que la cooperación podía producirse sin comunicación formal, Axelrod había demostrado que el altruismo recíproco podía darse en animales poco charlatanes, por ejemplo chimpancés y murciélagos vampiro”.

    Así que la confianza es la clave: se pensaba que esta confianza sólo se podía fomentar mediante la comunicación, pero hay otros mecanismos (por ejemplo: puedo confiar en que voy a comprar un buen par de zapatos aunque no hable ni conozca a la persona que los ha fabricado).

    Saludos/abrazos

  7. Saul Mamani:

    Lo que no he encontrado es la descripcion de la nueva estrategia… cual es ??…ha sido probada en una «olimpiada» y se ha impuesto al toma y daca??..

  8. tomás:

    Querido Miguel Angel:
    Muchas gracias por recomendar ese libro, que no conozco y voy a tratar de obtener, pues sé que sólo con altruismo seremos capaces de salir de esta y, por nuestros hijos y nietos, por toda la siguiente generación, por la responsabilidad de haber dejado el planeta en estado agonizante, hemos de esforzarnos cuanto sea posible.
    Un gran abrazo.

  9. Miguel Angel:

    Querido amigo tomás:

    Efectivamente, es un libro muy recomendable para los amigos de Neofronteras, y especialmente para los que escriben mensajes, porque se tratan muchos temas sobre los que solemos dialogar (y muy variados, no sólo sobre teoría de juegos):

    -¿Se puede hablar de un destino «lógico» de la humanidad? Según el autor la respuesta es afirmativa y para defenderla comienza cuestionando nada menos que a Carl Popper y después a Stephen Jay Gould (Gould defiende la idea de que la evolución no tiene ninguna orientación, no habría por tanto un destino «lógico» para nuestra especie).

    El único «punto flojo» que he detectado en el libro es la crítica que hace a los planteamientos de Gould: en especial la parte en la que cuestiona la idea de Gould de que la evolución no tiene necesariamente que conllevar una tendencia hacia la complejidad y que la aparición de la inteligencia humana no es mas que una rareza mas, un producto evolución azarosa, contingente.
    En contraposición a esta idea están autores como Dawkins o el propio Robert Wright o Wilson que sostienen que la evolución tiende a la complejidad.

    Pero la postura de Gould que he resumido no es tan radical: lo único que dice es que la evolución no tiene orientación y que podemos evolucionar hacia una complejidad decreciente, como ocurre con muchos parásitos. Wright se equivoca en lo siguiente: Gould no sólo no niega la aparición de la inteligencia, sino que afirma que podría aparecer en más de una ocasión a lo largo del transcurso de la evolución, por aquello de que en la evolución se rellenan todos los nichos, pero afirma que todo el proceso será casual (no orientado o inevitable) y sujeto a multicontigencias.
    No veo donde está el problema, pero Wright se basa en que un ejemplo bastante pobre: dice que si soltamos a una serie de borrachos en el centro de una calle, al final alguno acabará llegando a la acera…y concluye que si al final algunos llegan a la acera es que el proceso está orientado, cosa que no comparto (me parece que lo que está «orientado» no es la direción de los borrachos, sino la perpectiva del que observa «desde la acera»)

    Traslado la pregunta a tomás y alos amigos de la página:

    ¿Podemos hablar de un destino «lógico» de la humanidad?

  10. NeoFronteras:

    Estimado Miguel Angel:
    Incluso unos programas que juegan a ciegas en una de esas olimpiadas se comunican entre sí de alguna manera. Quizás no hablan entre ellos sobre un acuerdo, simplemente aparece un acuerdo tácito ciego cuando sobreviven estrategias de cooperación y las demás desaparecen. Una abeja y la orquídea que poliniza y de la que liba su néctar tampoco se pusieron de acuerdo, pero la relación apareció. Hubo comunicación, aunque indirecta.

    Gould tiene razón en cuanto a la complejidad. No hay dirección en la evolución, simplemente se ocupan todos los «nichos» posibles hasta que se llega a los más complejos, incluso a la inteligencia.
    Proponer una direccionalidad a la evolución es un poco teista. Sería una paradoja que Gould lo niege y Dawins lo apoye.
    No hay propósito, ni dirección. ni destino, ni nada, y menos para la raza humana. Tampoco está claro que una vez desaparezcamos surja otra especie inteligente tecnológica. Los dinosaurios lo intentaron durante 160 millones de años y no lo consiguieron. Entre los mamíferos sólo los primates parecen haberlo conseguido «con cierto éxito».
    Tampoco está claro que se puedan rellenar «nichos» de inteligencia fácilmente. En los sistemas complejos determinados estados no son fáciles de alcanzar y puede haber barreras entrópicas o de energía que exijan una trayectoria específica en un mapa de fases de miles de dimensiones.
    Es lo de siempre, sólo tenemos un ejemplo de vida y un ejemplo de humanos (incluyendo a todos los homo). Así es complicado obtener leyes universales.
    Aunque todo es una cuestión de tiempo si se espera lo suficiente y hay planeta y biosfera para entonces. Pero la Tierra no es eterna, ni el Sol tampoco.

  11. Miguel Angel:

    Afortunadamente, Neo nos vuelve a deleitar con una de sus muy bien orientadas respuestas.

    Gould decía que la aparición de la inteligencia era un hecho sumamente improbable, y sin embargo admitía la posibilidad de que apareciese en más de una ocasión si hay tiempo suficiente en la escala evolutiva, como dice Neo.
    Al final, cuando ya se han ensayado todas las otras posibilidades pero queda por rellenar el nicho de la complejidad (en este caso hablaríamos de la inteligencia humana), se rellenaría dicho nicho. Es una cuestión que se explicó magníficamente en esta noticia (ver comentario 21 de Neo):

    http://neofronteras.com/?p=3880

    Dice que proponer dirección a la evolución es un poco teista y que es paradójico que Gould lo niegue y Dawkins lo apoye: es un tema muy curioso, porque Gould era agnóstico declarado y su visión de una evolución sin orientación no parece muy compatible con la perpectiva religiosa: sin embargo, Gould es citado con frecuencia por los defensores del creacionismo. Cito el capítulo 19 del mismo libro «Nadie pierde» de Robert Wright:

    «El aumento de tamaño cerebral ha sido rápido desde el Australopiteco hasta el Homo sapiens, sin ningún indicio de retroceso y con pocas pausas.
    ¿Cómo explica Gould esta tendecia? Titubeando. La única explicación que al parecer tolera su concepción del mundo es una larga serie de aciertos a cara o cruz: la andadura beoda con mas chiripa de la historia de las borracheras. La verdad es que una suerte de tal magnitud basta para hacernos sospechar que en los lanzamientos de la moneda tuvo que intervenir la mano de Dios. No es de extrañar que en la literatura científica se citen laudatoriamente las obras de Gould. Si su concepción de la selección natural fuera correcta, también yo sería creacionista»

    Un gran abrazo.

  12. Miguel Angel:

    En respuesta a lo que plantea Saul Mamani: en los enlaces que hay debajo de la noticia se dan detalles (puedes pinchar en «Artículo en ArXiv» y cuando te abra la página pinchar en la parte derecha de la página donde pone «PDF»), aunque tendrás que tener un cuen nivel de inglés y matemáticas para entenderlo.

    Saludos/abrazos

  13. NeoFronteras:

    La analogía de los borrachos es bastante pobre. La evolución no es así. Si sólo hubiera aleatoriedad no se conseguiría nada. La selección tiene también un papel. Además, hay restricciones de todo tipo (físicas, fisiológicas…) que impiden alcanzar un estado de forma aleatoria.
    Y el problema es el de siempre: no podemos rebobinar la película de la evolución y ver qué pasa esta vez, si surgen seres inteligentes o no. Si se rebobinara muchas veces entonces sabríamos su frecuencia de aparición.

  14. tomás:

    Queridos amigos:
    Me sumo íntegramente a las opiniones de Neo. Pero un pensamiento me acude. Los unicelulares, los más sencillos están ahí desde el comienzo de los tiempos. Sin embardo sólo los diferentes homo han durado tan poco. ¿No sucederá como con las estrellas que, cuanto más masivas son, antes acaban?
    En cuanto al D. I. o el creacionismo simple, yo no me sumaría ni tan borracho como los de Wright, salvo que me den una buena razón que justifique el sufrimiento extremo, sin culpa y sin futuro. Dios no es una opción científica; podría serlo moral pero tampoco lo es.
    Un fuerte abrazo.

  15. NeoFronteras:

    Saul Mamani:
    La estrategia en realidad es una familia de estrategias y su definición es matemática. Depende de la tabla de «pagos y decisión» y en virtud de ella está definida.

  16. Miguel Angel:

    Al hilo del 13 de Neo, quisiera que quedase un poco mas claro el asunto de la analogía de los borrachos, ya que al haberlo resumido un poco, no he mencionado que Wright si que considera las restricciones (y Gould también) : es el argumento que usa Robert Wright para defender la idea de que la evolución tiene cierta orientación hacia la complejidad. Se suelta a los borrachos en el centro de la calle, la acera está al norte y en el sur hay un muro de ladrillos contra el que rebotarán si chocan, es decir que si que considera que hay una restricción que sería el muro de ladrillos y esto sería lo que dotaría de orientación a una serie de rumbos aleatorios.

    Después de poner el ejemplo, Wright cuestiona la interpretación de Gould: dice que para Gould todo es cuestión de azar o aleatoriedad (ver párrafo final de mi 11), y es aquí donde se equivoca porque la interpretación de Gould contempla tanto las restricciones biológicas como las fuerzas no selectivas de la evolución que incluyen las «exaptaciones», así que no todo es azar para Gould, aunque sea cierto que considere este azar como un elemento de mucho peso. Está interpretación de Gould supone un buen jarro de agua fría frente a la sociobiología y al «darweinismo social»

    Gould no niega el papel de la «selección natural» como, pero considera que está sobredimensionado. Digamos que le resta importancia a la selección natural para dársela a las contingencias. Cuando dice que la evolución carece de orientación se basa en que dichas contingencias provocarán que el muro (o por lo menos una parte del muro)contra el que chocan los borrachos no esté siempre al sur, ya que la mayoría de las restricciones están sujetas a variación a lo largo del tiempo.

    Gould es sin duda uno de los teóricos de la evolución que menos peca de reduccionismo, cosa es de alabar, creo yo. Que Wilson lo acusara de ser un científico radical me parece irrisorio: que te acusen de científico radical es más bien un halago.

  17. Miguel Angel:

    Volviendo a la pregunta de si la evolución muestra o no una tendencia hacia la complejidad, hay científicos como Franklin Harold, Eric D. Schneider o la recientemente fallecida Lynn Margulis que enfocan el tema de un modo muy interesante atendiendo a la segunda ley de la termodinámica.

    Cito el capítulo 3 del «Captando genomas» de Lynn Margulis y Dorion Sagan:

    «La nueva termodinámica une ambos conceptos en la frase: «la naturaleza aborrece el gradiente»…
    …la vida se encuentra en una clase de sistemas que se organizan en respuesta a un gradiente.
    …La termodinámica clásica se ocupaba de sistemas aislados y más o menos cerrados, que acaban por perder su funcionalidad y cuyas moléculas constituyentes terminaban por disponerse aleatoriamente, hasta el punto de no seguir funcionando.
    Pero los seres vivos no son máuinas de vapor ni sisitemas mecánicos cerrados. Somos sistemas abiertos, organizados a partir del flujo de materia y energía que cirula de modo incesante a través de nosotros. Por consiguiente (la vida, en un sentido genético amplio) no estams destinados a revertir un estado final aleatorio, medido ya sea en sistemas químicos aislados o en máuinas abandonadas a su suerte. La diferencia entre los sistemas vivos abiertos y los sistemas artificiales cerrados de la termodinámica clásica determinó que esta ciencia de la energía fuera considerada irrelevante para la vida…La nueva termodinámica ha vendido a resolver la aprente contradicción entre la tendencia a ladesorganización de la maeteria inerte y la tendencia a la organización de la materia viva.
    …Así pues, la vida no contradice la segunda ley de la termodinámica»

  18. Miguel Angel:

    Erratas: máuinas=máquinas; en la cuarta línea del final: «La nueva termodinámica ha venido a resolver la aparente contradicción…»

    Sigo con la cita:

    «Los sistemas complejos, incluyendo la vida, tienden a emerger para aproximar hasta el equilibrio a sus entornos ricos en gradientes…Los seres cíclicos de la vida sobreviven para reducir los gradientes energéticos y materiales que les mantienen en marcha. Ambicionan esos gradientes y se nutren de ellos, al menos durante el tiempo suficiente para reproducirse. En la medida en que la selección natural filtra a muchos para conservar a unos pocos, esos pocos utilizan de forma aún más eficiente al energía disponible en el entorno para reducir «a propósito» sus gradientes».

    Saludos/abrazos

  19. NeoFronteras:

    Estimado Miguel Angel:
    Ese concepto del gradiente es, por desgracia, olvidado cuando se habla de vida extraterrestre. Sin ese gradiente la vida no es posible y es difícil ver uno en la luna Europa o en Encelado. El agua, una temperatura adecuada y la presencia de energía no son suficientes, hace falta una gradiente para que la termodinámica de la vida funcione.

  20. tomás:

    En Marte sí hay gradiente. Mi ilusión se conformaría con un solo procariota. Lo difícil va a ser encontrarlo porque creo que es huidizo, prudente y desconfiado; sobre todo hacia la humanidad y a la vista de lo que estamos haciendo en la Tierra.

  21. Miguel Angel:

    Nota: la cita que menciono del libro «Captando genomas» corresponde al capítulo 2.

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