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La generosidad fomenta la cooperación

Área: Cooperación — miércoles, 4 de septiembre de 2013

Encuentran estrategias evolutivas de éxito y estables que fomentan la cooperación a través de la generosidad en poblaciones jugando al dilema del prisionero.

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Fuente: Wikimedia Commons.

El dilema del prisionero ha dado mucho juego desde que se descubrió. Básicamente es un juego que en sólo una jugada no tiene solución racional, pues no hay opción de la que luego no nos arrepintamos.
Lo interesante es cuando se juega de manera iterada, pues entonces pueden surgir distintos tipos de estrategias que den como resultado alguna estrategia ganadora. Este dilema, que es uno de los paradigmas de la teoría de juegos, puede configurarse con distintos pagos y no es de suma cero. El máximo pago se consigue cuando cooperan los dos participantes. Si uno deserta y el otro no entonces el primero consigue un mejor pago que el segundo. Si ambos desertan entonces obtienen el menor pago posible.
Por otro lado, ha habido siempre un problema a la hora de explicar ciertos comportamientos de cooperación que aparecen en la Naturaleza, pues el darwinismo a secas parece que no es capaz de explicar su aparición. ¿Cómo surge el altruismo en la Naturaleza?
Por último es siempre interesante saber cómo se puede incentivar la cooperación en las sociedades humanas. Además de los premios se pueden establecer castigos cuyo costo se reparta entre todos. En los últimos años se ha avanzado en la creación de modelos que tratan de explicar todo esto. Pero, ¿cómo surgen la generosidad, la cooperación y el perdón en las sociedades humanas?
El año pasado se encontró un par de soluciones interesantes al dilema del prisionero. En el primero caso Freeman Dyson y William Press, de las universidades de Princeton y Texas respectivamente, anunciaron una nueva estrategia que garantiza a uno de los jugadores mayores ganancias que al otro. Básicamente el resultado dice que hay comportamientos egoístas que pueden resultar ser estrategias ganadoras sobre la cooperación. Eran estrategias dentro de lo que se denomina estrategias de determinante cero.
En el segundo caso Christoph Adami y Arend Hintze de la Universidad del Estado de Michigan estudiaron si las estrategias de determinante cero podían ser evolutivamente estables. Es decir, ¿podrá una estrategia diferente aparecer y propagarse? Según sus resultados, las estrategias de determinante cero no son en general evolutivamente estables. Sin embargo, encontraron un caso en el que este tipo de estrategias sí era estable.
Ahora Alexander J. Stewart y Joshua B. Plotkin, de Penn State, han estudiado el dilema del prisionero cuando se juega iteradamente y dentro de una gran población que evoluciona. Han encontrado que en ese escenario aparecen estrategias de cooperación. Esto era algo que se había sugerido en el pasado, pero es la primera vez que se demuestra matemáticamente
Según estos científicos, su trabajo explica la aparición de comportamiento altruistas en la Naturaleza.
Lo novedosos de este trabajo es el uso de una gran población que juega iterativamente el dilema del prisionero y cuyo comportamiento evoluciona en el tiempo. De este modo los que mejor puntúan en el juego (los mejor adaptados) son los que más se reproducen (éxito reproductor) y pasan su comportamiento (sus genes) a la siguiente generación.
Encontraron que las estrategias de “extorsión” o “explotación” que benefician a un jugador frente al otro en los sistemas iterados con dos jugadores, y que aparecían en estudios anteriores, tienden a extinguirse en este nuevo escenario al no tener éxito reproductor.
Según Stewart es una cuestión de escala. Para poblaciones pequeñas aparecen estrategias de explotación que pueden ser estables evolutivamente, pero en el otro extremo (para poblaciones grandes) las estrategias estables que aparecen son las de generosidad. Si hay muchos jugadores todos se benefician de la generosidad de todos.
También es interesante notar que las estrategias de generosidad encontradas incluyen el perdón. Un jugador que no cooperó en el pasado (desertor), y que fue castigado por ello, puede ser perdonado al cabo de un tiempo y así darle la oportunidad de cooperar, de este modo se aumenta la cooperación en general y todo el mundo sale beneficiado.
Lo más interesante de todo es que, en este escenario, no solamente aparecen las estrategias generosas estables, sino que son las únicas exitosas a largo plazo capaces de resistir el egoísmo de los desertores. Según Plotkin las estrategias no egoístas tienen éxito en el mundo evolutivo y son las únicas estrategias que son robustas evolutivamente hablando.
“Cuando la gente actúa generosamente lo hace de manera instintiva y, de hecho, hay una gran literatura en Psicología Social que muestra que la gente obtiene felicidad al ser generosa”, dice Plotkin. “No se da sólo en humanos. Desde luego los insectos sociales se comportan de esta manera, pero incluso las bacterias y los virus comparten genes y se comportan de maneras que no podemos describir sino como generosas”, añade. “Hemos encontrado que en evolución una población que anima a la cooperación le va bien. Para mantener la cooperación a largo plazo lo mejor es ser generosos”.

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Fuentes y referencias:
Nota de prensa.
Artículo original.

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6 Comentarios

  1. Dr. Thriller:

    Pues claro que era un problema de escala xD.

    Lo que nos lleva a un problema más interesante. Se culpa al actual sistema socioecónomico (de acumulación de capital) de muchos de los comportamientos egoístas y autodestructivos (tanto a nivel individual como de la especie) implementados socialmente. Estando de acuerdo con esto, creo que el problema es más complejo, primero porque comportamientos de esta índole preceden a la aparición de este sistema (siglo XV), y segundo, porque no acabo de ver que el sistema, dentro de unos parámetros efectivamente egoístas, tenga que posicionarse en las partes más extremas de un continuo (o, con otras palabras, el sistema no tendría por qué ser tan brutal como es).

    En mi opinión, parte del problema está en que los seres humanos «civilizados» vivimos en un estrés social, puesto que las sociedades que creamos colisionan siempre de alguna manera con nuestros equipamientos biológicos (pensados para ser clanes itinerantes de cazadores-recolectores), y sobre todo, los modelos familiares y reproductivos estresan todavía más. El sistema actual es simplemente llover sobre mojado.

  2. Pocosé:

    Supongo que en las tribus de cazadores recolectores se debe mantener un equilibrio interno entre competitividad por un lado y cooperación y altruismo por otro, para mantener tanto a los individuos sanos, vigorosos y hábiles, como a la tribu cohesionada y fuerte frente otras competidoras.
    En algún momento de la historia (mas bien de la prehistoria) este equilibrio interno se rompió, pero encontró la manera de perpetuarse y seguir acrecentándose y propagándose hasta llegar a nuestros días en forma de neoliberalismo globalizante, despiadado y ya sin rastro alguno de altruismo.
    Otro tema de análisis será determinar como los intereses egoístas de unos pocos han conseguido prevalecer sobre los de la mayoría. Tribalidad y superstición-religión supongo que tienen mucho que ver.
    Como apunta Dr.Triller, diez o quince mil años evolutivamente no son nada. Básicamente seguimos siendo el «Homo tribalis » del neolítico, adictos a la superstición-religión y a la identidad tribal.

  3. tomás:

    Pocosé, querido amigo: Rivalizas en tu exposición nada menos que con Osborne Wilson, quien dice lo que copio: ¿Cual fue la fuerza impulsora que condujo al umbral de la cultura compleja? Parece que fue la selección de grupo. Un grupo con miembros que podían leer las intenciones y cooperar entre ellos al tiempo que predecían las acciones de grupos competidores… Indudablemente había competencia entre los miembros del grupo, lo que conducía a la selección natural de rasgos que conferían ventaja a un individuo sobre otro. Pero más importante… era la unidad y la cooperación en el seno del grupo».
    Eso fue la prehistoria. Luego tú continuas con la historia. Anatole France se ocupa del intermedio, cuando un hombre fuerte, garrote en mano, se acerca al humilde agricultor y le viene a decir que, a partir de ese momento, habrá de darle una buena parte de la cosecha, dejándole en lo imprescindible para seguir teniendo las fuerzas justas para la siguiente cosecha.
    Un abrazo.

  4. Pocosé:

    Amigo Tomás
    Probablemente antes del tío del garrote, el chaman dejo de compartir sus conocimientos de manera altruista con el resto de la tribu, iniciando el sistema de desigualdades y privilegios, luego debió aliarse con el del garrote para cuando no funcionará del todo su coacción psicosupertireligiosa.
    Sin entrar en otras consideraciones, esta muy clara la eficacia evolutiva del sistema, perfeccionándose en competencia con sus similares y condenado a la extinción o relegando a insignificancia cualquier otro sistema diferente ya fuera anterior o posterior.
    No hemos de perder la esperanza pues aunque insignificantes otros sistemas aun resisten.
    Un abrazo

  5. Pocosé:

    Lapsus tecledae:
    Al palabro se le escapó una ese, leasé psicosuperstireligiosa

  6. tomás:

    Que no, mi buen amigo Pocosé. El palabro debiera ser: «psicosuperstirreligiosa», o sea, con dos erres.
    Abrrrazos.

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